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La esencia ceramista de Joan Panisello

Jesús. En el antiguo Col·legi de la Immaculada, el artista reúne una colección de 50 obras y diferentes materiales

03 julio 2022 11:33 | Actualizado a 03 julio 2022 11:39
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«Es uno de los grandes proyectos de mi vida». Con estas palabras, el ceramista y profesor Joan Panisello Chavarría (Jesús, 1944) describe la trascendencia del Espai-Museu, situado en el edificio del antiguo Col·legi de la Immaculada, que inaugurará el próximo sábado 9 de julio a las 11.30 horas. «Llevo de siete a ocho años preparando el espacio, desde que les expuse al alcalde de entonces, Pere Panisello, y a la concejal de Cultura, el proyecto que tenía en mente», rememora el artista.

El antiguo Col·legi de la Immaculada de Jesús tiene un significado especial para el maestro. «Entré a los nueve años como alumno, por lo que me conozco el lugar a la perfección, ya que años después también estuve trabajando como maestro», explica Panisello. Él mismo rememora que «al terminar los estudios de Magisterio, necesitaban un par de personas para echar una mano con los alumnos, porque el colegio había crecido». Una experiencia que, poco después, le brindó nuevas oportunidades. «Más tarde, fui a Sant Jaume a dar clases y dos años después, cuando se creó una nueva clase en el antiguo Col·legi de la Immaculada, me llamaron y regresé. Así que me siento como en casa», afirma el ceramista.

$!Detalle de algunas de las piezas que se exponen en el museo. Foto: J.Revillas

La idea del Espai-Museu se ha materializado en una muestra que aguarda una colección de 50 obras y diferentes complementos de la trayectoria del artista. Un espacio de 80 metros cuadrados, en la segunda planta del antiguo Col·legi de la Immaculada, que el ceramista considera como «un obsequio que nuestra familia hace al pueblo de Jesús y a su gente».

Obras y herramientas

La disposición de la sala está pensada hasta el último detalle. «He ubicado obras a la derecha y a la izquierda, y en el centro hay instaladas unas peanas en las que se exhiben piezas más pequeñas», explica el ceramista. Así, el público podrá admirar desde las herramientas que ha utilizado Joan Panisello Chavarría hasta una selección de las más de 10.000 muestras de color con las que el ceramista ha trabajado a lo largo de su trayectoria, pasando por encargos hechos por el Col·legi de Periodistes, la URV o incluso Lorenzo Quinn, hijo de Anthony Quinn.

$!La muestra aguarda una colección de 50 obras. Foto: J.Revillas

La exposición resulta una librería abierta con las doce publicaciones editadas por periodistas, escritores y poetas de Rumania con obras del artista ebrense, la más reciente firmada por la hispanista Gabriela Banu el año pasado. «Han sido siete los viajes realizados, los seis primeros invitados por el gobierno y el séptimo por la Asociación de poetas, escritores y periodistas, lo que nos ha permitido conocer a mucha gente del mundo de la cultura, de las letras y de las artes plásticas», detalla el artista.

La sala está presidida por una obra de grandes dimensiones que, desde lejos, acompaña al visitante. Y fruto de su vocación como maestro, Joan Panisello ha recopilado una «colección de fotografías realizadas por profesionales de primera línea del país e internacionales, que retratan mi evolución artística y los pasos que he seguido».

¿Qué pieza tiene mayor valor sentimental? «Me pones en un aprieto», contesta, entre risas, Panisello. Como progenitor no puede elegir entre tanto legado artístico. «Las primeras piezas me hicieron sufrir mucho», confiesa. Un infortunio que, lejos de desalentarle, le motivó a seguir trabajando. «Pasé muchos años formándome por todo el mundo. Por ejemplo, en La Bisbal d’Empordà estuve cinco años, donde coincidí con Dolors Ros Frigola, a quien considero mi madre a nivel cerámico, por su generosidad y porque hizo por mí lo que no hizo nadie», afirma Joan Panisello Chavarría.

$!A lo largo de su trayectoria, Panisello ha trabajado con más de 10.000 muestras de color. Foto: J.Revillas

En cambio, cuando habla de la colección de piezas asimétricas, a Joan Panisello se le ilumina la voz «porque son las que me han abierto el mundo». «En esa etapa ya sabía abrir piezas, cerrarlas, coserlas, y me empezaba a aburrir. El torno es muy agradable, pero todo es concéntrico, lo que me resultaba aburrido», afirma el ceramista, quien bromea con que «mi alter ego me fastidiaba e insistía en que si no estaba contento con lo que hacía, debía espabilarme». Así, llegó el día en que las manos de Joan Panisello dieron vida a una pieza asimétrica, abriendo así una nueva ventana a la creatividad y a su proyección internacional. «Poco tiempo después, otros artistas y yo fuimos seleccionados para exhibir en Japón, en Kioto, nuestra obra, como piezas rompedoras que sobresalían de lo establecido», rememora el artista.

Fruto de la vorágine artística, Panisello tuvo que coger una excedencia en el momento álgido de su carrera, pero continuó disfrutado de la naturaleza. «Vivo rodeado de plantas y de árboles. He tenido la suerte de haber nacido en plena naturaleza y de poder vivir en ella», afirma el artista. Así, la vida de Joan Panisello Chavarría está llena de aventuras, como la de haber tenido la oportunidad de representar a Catalunya y España, en diferentes ocasiones, al otro lado del Atlántico, en Bolivia y Argentina, y también en Europa y los Emiratos Árabes.

Panisello se define como una «cua de sargantana». «Las palabras experimentación e investigación me han acompañado en todas las etapas de mi vida cerámica», asegura el artista, quien incluso llegó a construirse su propio horno de gas que alcanzaba los 1.200 grados de cocción. A sus 78 años, el espíritu de Joan Panisello Chavarría sigue siendo el de ese joven de Jesús entusiasmado por la cerámica y la enseñanza. «Para mí, la primera palabra más importante del diccionario es xalar y la segunda compartir», asegura. De este modo, en el Espai-Museu Joan Panisello comparte un viaje de 360 grados por su esencia local e internacional.

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