El Club de Vela de la Platja Llarga abandonará la primera línea de mar y tendrá que retroceder unos metros hasta la zona del aparcamiento, ubicada en la parte de atrás del vial de acceso a esta misma playa. Es la decisión que se ha tomado en las últimas semanas, después de que la entidad todavía no se haya recuperado de los daños de la dana de noviembre, que se cebó sobre unas instalaciones que en 2022 ya sufrieron los efectos de la borrasca de Santa Tecla.
La hoja de ruta tiene que acabar de concretarse. Sin embargo, la entidad se reunió con representantes de la Federació Catalana de Vela, el Ayuntamiento, la Generalitat y Costas del Estado para abordar el futuro de un club que cuenta con una masa social de cerca de 300 socios, y que desde hace años asegura que vive en una situación «en precario», que limita su actividad, por culpa de las instalaciones.
Ya en 2023 tuvo que prescindir de una parte del almacén –de una superficie de unos 40 metros cuadrados– que quedó afectada por la crecida del Barranc de la Bassa Closa. La intensa lluvia de la última dana volvió a derruir una parte de las instalaciones, de forma que ahora tendrá que derruirse toda la parte del almacén y del vestuario de hombres, prescindiendo de uno de los tres módulos en el que se distribuyen los equipamientos.
Las obras las ejecutará la Generalitat, que es la titular de una finca de la que también forma parte la Ciutat Residencial. Fuentes del club explican que los trabajos se iniciarán el próximo mes de enero, teniendo en cuenta que esta es una situación que afecta a la seguridad, de forma que el espacio total se verá reducido en cerca de 100 metros cuadrados. La decisión comportará que de cara a los próximos meses también se prohíba el aparcamiento en el pequeño espacio lateral –junto a la zona del barranco– con capacidad para unos quince vehículos. Una decisión que se toma mientras desde el Ayuntamiento se ha impulsado un proyecto para construir una balsa de laminación que ayude a contener la crecida de las aguas del barranco, de cara a nuevos episodios de inundaciones.
Pese a ello, el club explica que, sobre todo desde la Dirección General de Costas, «se está presionando mucho para derribar las instalaciones y que retrocedamos con un nuevo edificio». Una situación que también se está viendo en otros municipios, que ha llevado a que desde la Federació Catalana de Vela se haya impulsado un manifiesto para defender los deportes de mar y los 86 clubs náuticos repartidos a lo largo de la costa catalana.
Defender los deportes de vela
En este se denuncia que estas entidades están «amenazadas» por las normativas actuales y una «presión legislativa» que hará que muchos de estos «se vean obligados a cerrar o a reducir sus actividades, poniendo en riesgo no tan solo los clubs sino a todo el tejido de deportistas, jóvenes y ciudadanos» que forman parte de estos.
Desde el Club de Vela de la Platja Llarga se apoya el contenido de este documento y se solicita una modificación de la Ley de Costas que «permita la continuidad de las instalaciones deportivas en la playa». Y es que, a medio plazo, lo que comportará es que la entidad tenga que desplazar sus instalaciones a un nuevo espacio con los interrogantes que esto genera.
El movimiento se prevé para dentro de «tres o cuatro» años, teniendo en cuenta que ahora mismo aún hay muchos cabos por atar y que la Federació Catalana de Vela tiene una cesión del uso sobre el espacio de un año, prorrogable a otros tres. En este periodo tendrá que definirse quién asumirá los costes de la construcción del nuevo edificio, por el que se ha acordado una cesión gratuita de los terrenos por parte de la Generalitat a treinta años.
El Club de Vela de la Platja Llarga reconoce que la opción de tener unas nuevas instalaciones es «ilusionante», ya que puede suponer un «impulso» para la actividad que viene desarrollando. Pese a ello, es consciente de que necesitará la ayuda tanto del Ayuntamiento como de la Federació Catalana de Vela para dar el impulso necesario. «Somos el único club de vela de la ciudad, con una trayectoria de más de 40 años, ahora tendremos que ver si realmente nos creemos que Tarragona es una ciudad con mar», aseguran desde la entidad.
Las instalaciones han condicionado un club que trabaja con cuatro federaciones deportivas, como son las de vela, natación, piragüismo y salvamento. Asimismo, en la vertiente deportiva se están impulsando diferentes proyectos para seguir potenciando la práctica de estos deportes, con un canal de entrenamiento abierto durante todo el año, que incremente la seguridad tanto para los nadadores como para los kayakistas.
El club, con La Marató
Una muestra de lo que representa el club pudo verse este domingo, cuando este fue uno de los epicentros de las actividades organizadas en la ciudad para La Marató. Desde las 10 horas, decenas de personas se movilizaron para recaudar fondos para las enfermedades respiratorias, haciendo lo que más les gusta: nadar, remar y navegar a vela desde un paraje «idílico» como el que representa la Platja Llarga.
Un total de cincuenta nadadores, diez embarcaciones entre catamaranes y patins catalans, treinta kayakistas y quince voluntarios participaron en esta jornada, que el año pasado consiguió recaudar 1.500 euros. Más allá del componente solidario esta participación busca seguir divulgando que los deportes de vela nada tengan que ver con la imagen elitista que muy a menudo se les atribuye.
