No hay progreso sin esfuerzo. Y detrás de ello hay una inconmensurable disciplina y sacrificio, así como fracasos y éxitos. Por esta razón, el festival de fin de curso de la Escola de Dansa i Arts Escèniques Artis de Reus, en el Teatre Fortuny, fue ayer una indiscutible exhibición de todo lo aprendido durante el curso.
Cerca de 300 alumnos y alumnas hicieron vibrar el escenario al ritmo de la danza clásica, contemporánea, jazz y claqué, y fueron arropados por compañeros de otras disciplinas. Así, la celebración de la fiesta de fin de curso continuará hoy con las danzas urbanas, mientras que el próximo fin de semana tomarán el relevo, en la Sala Santa Llúcia, los bailarines y las bailarinas de teatro musical y flamenco.
Como no podía ser de otra manera, ayer la directora de Artis, Pilar Sanz, ejerció de maestra de ceremonias, cuyas palabras de bienvenida fueron de agradecimiento «a las familias que habéis confiado en el equipo Artis, formado por personas enamoradas de su trabajo».
Asimismo, reconoció que la danza «son muchos años de trabajo constante que requieren de un no rendirse nunca y de respetarse entre bailarines, y de dar importancia a palabras como compromiso y responsabilidad». Como demostró la joven Anna Herault, para quien la danza «es una parte fundamental de mi vida, ya que me ha salvado de muchas situaciones difíciles y me ha ayudado a expresarme cuando las palabras no me lo han permitido». Para la joven, «la fiesta de fin de curso es una recompensa al trabajo de todos los profesores y de Pilar Sanz, que día a día nos transmiten los valores del esfuerzo, la dedicación y el amor y emoción por la danza». De la misma manera, a sus 7 años, Xènia disfrutó de la exhibición porque «me hace ilusión bailar frente a mi familia».
Una experiencia vital que ayer simbolizó la magia de la danza y cuya banda sonora protagonizaron las populares canciones de Disney.
Así, pequeños leones y leonas con tules de colores se reivindicaron en el escenario del Teatre Fortuny como los reyes del baile, mientras que otras rompieron el hielo vestidas de Frozen. Tampoco se perdió el espectáculo, bajo los focos, un elenco de jóvenes Blancanieves.
En cambio, los nostálgicos disfrutaron de una moderna puesta en escena al compás de Mary Poppins y el imposible de pronunciar Supercalifragilisticoexpialidoso. Y en toda velada mágica que se precie, Harry Potter también fue uno de los invitados especiales, así como un grupo de baile de brillantes y audaces Sherlock Holmes.
De la misma manera, los mantones de flamenco, y todos y cada uno de los bailarines y bailarinas, hipnotizaron a un entregado público que se deshizo en aplausos en cada una de las actuaciones y en reconocimiento a los 77 años de la Escola de Dansa i Arts Escèniques Artis de pasión por la danza.
