La propietaria de Nala paseaba con la perra por el paseo marítimo de Cunit en la mañana de este sábado cuando el animal fue atacado por otro perro.
Asustada, Nala salió corriendo hacia la playa perseguida por el atacante. La perra corrió hacia el espigón y cuando se vió acorralada no dudo en saltar al mar frente a la zona de las oficinas de Turismo. Se adentró en el agua y la corriente la arrastró.
Fue un momento de desesperación para los dueños de Nala y para quienes presenciaron la situación ya que en cuestión de segundos se perdió de vista a la perra.
Equipos de emergencia
Se dio aviso a Policía Local de Cunit, Mossos d’Esquadra, Bomberos y Salvamento Marítimo que acudieron a la zona para intentar localizar y rescatar al animal.
Inicialmente se pensó que el mar podría haberla llevado hacia Segur de Calafell ya que la corriente iba en esa dirección.
En la térmica
Los propietarios de Nala y muchos vecinos también miraban al mar sin ver nada. Su dueña acudió al puerto de la antigua térmica de Cubelles por si desde sus espigones podía avistar al animal.
También preguntó a los pecadores que se concentran en la zona si alguien había visto algo. Nadie. Ya hacía una hora que la perra estaba desaparecida en el mar.
Entonces un pescador pareció observar que algo se movía junto a una de las boyas. A unos 300 metros de la playa mar adentro. Parecía que unas pequeñas orejas nadaban en círculo entorno a una boya quizá buscando un punto de apoyo.
Aletas
El pescador no lo dudó. Se puso unas aletas de buceo y se metió en el mar para ir al rescate. Nadando llegó hasta donde estaba una extenuada Nala. Pudo cogerla y sacarla a la orilla. Allí la entregó a quienes estaban ayudando buscar al animal.
El pescador se fue como los héroes que en los suyo no buscan reconocimientos sino estar a buenas con su conciencia.
Ya por la noche la familia vio al pescador y pudo agradecerle el gesto de lanzarse al mar para rescatar a la perra.
El rescatador de Nala es un vecino de Sabadell aficionado a la pesca que acude a ese punto desde hace años para lanzar sus cañas.
Se llama José Manuel. Explica que «no dudé en saltar al mar. Tengo perro y se cómo es esa desesperación».
Narra que cuando la dueña pidiendo ayuda «no se veía nada en el mar. La mujer ya se iba cuando junto a la boya me pareció que algo se movía». Esa boya está a 300 metros. «Era raro que fuese otra boya, pero ví que dejaba una estela. Era la perra».
‘El perro me vio y se acercó a mi’
«No lo dudé y me tiré al agua». Nadando llegó hasta Nala. «Cuando estuve cerca no sabía cómo iba a reaccionar el perro. «Pero me vio y se acercó a mí. Entonces supe que no me haría nada. La cogí del collar comenzamos a nadar hacia la orilla. Cuando llegamos ala arena me emocioné mucho».
Pero antes de llegar a la orilla el rescate no fue fácil». «»Tanto Nala como yo tuvimos que salir por el centro del espigón, por las rocas». No era la mejor opción por el fuerte oleaje que podía lanzan al rectador y al perro contra las piedras. «Pero fue la manera más rápida. Si hubiese decidido ir hacia la arena hubiese tenido que rodear el espigón y la verdad, me costó nadar hacia afuera por la corriente».
La asociación Peludos Felices de Cunit colaboró en los trabajos de búsqueda de Nala. La entidad señala la importancia de llevar a los perros atados ya que el atacante iba sin correa. La perra que saltó al gua se soltó de la suya por el fuerte tirón que dio asustada para intentar escapar.