En unas semanas se cumplirán dos años de la apertura del primer tramo de la peatonalización de la calle Carles Buïgas de Salou. En este tiempo, esta arteria turística de la ciudad ha cambiado por completo su fisonomía, con la eliminación definitiva del tráfico rodado y la priorización de los espacios para viandantes. El equipo de gobierno ha aprobado ahora la segunda fase del proyecto, que debe transformar el tramo que va desde la calle Murillo hasta la calle Torremolinos. Las obras, que tendrán una duración de 11 meses, podrían arrancar después de verano y deberán estar listas en 2024.
El tramo que se ejecutará ahora cuenta con una longitud de unos 550 metros. La peatonalización dará continuidad a la imagen que ya se ha implantado en la primera fase e incluirá también los tramos más próximos de las calles adyacentes (Murillo, Montblanc, Amposta, Pau Vila, Valls, Priorat, Fra Juníper Serra, Ramon Llull, Vendrell y avenida Pompeu Fabra), que se remodelarán para crear un continuo peatonal.
Asimismo, la actuación servirá para mejorar la canalización de las aguas pluviales en uno de los puntos críticos de Salou en episodios de lluvias. «Ahora afrontamos una segunda fase que nos permitirá culminar toda la calle y generar un gran paseo de punta a punta. Además, se pondrá solución a las inundaciones que se producen en Carles Buïgas con todo el agua de lluvia que baja de las calles que hacen pendiente y que se acumula aquí», explica el concejal de Gestió del Territori, Marc Montagut.
En este sentido, la solución pasa por instalar una gran canalización soterrada, que recogerá todas las aguas pluviales que desembocan en Carles Buïgas y las evacuará hacia una nueva salida al mar que se situará en el entorno de la playa Llarga.
Cambios en la movilidad
La conversión total de Carles Buïgas en zona peatonal implicará también el traslado de todo el tráfico rodado que circula desde la rotonda de la calle Murillo hasta la calle Torremolinos, donde se encuentra uno de los aparcamientos disuasorios de temporada. Las obras, además, obligarán a trasladar las paradas de autobús, así como las que tienen los hoteles Salou Beach y Oasis Park, que se verán afectadas por la peatonalización.
Desde el consistorio explican que actualmente se está trabajando en los cambios de movilidad que acarreará la eliminación de los coches en este punto de la ciudad. En este sentido, la previsión es que el tráfico se derive hacia las calles paralelas a Carles Buïgas, tal y como se hizo con el cierre de la primera mitad de calle. Además, desde el Ayuntamiento están en conversaciones con los hoteleros de la zona para poder habilitar nuevos accesos a sus clientes en las calles próximas.
La segunda fase de la obra cuenta con un presupuesto base de licitación que asciende a 5,7 millones de euros. De ellos, 3 procederán de los Fondos Next Generation concedidos con el Programa Extraordinario de Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos de 2021. El proyecto se sacará ahora a exposición pública y, en caso de que no hayan alegaciones, quedará aprobado en un plazo de 30 días. Será entonces cuando el consistorio podrá poner en marcha el mecanismo para sacar a licitación las obras. El objetivo es que los trabajos se pongan en marcha en el mes de octubre y estén listos a finales de 2024.
A concurso la ampliación de dos aparcamientos
Por otro lado, el Ayuntamiento de Salou ha sacado a licitación los trabajos para crear 300 nuevas plazas de aparcamiento disuasorio en las avenidas Joan Fuster, junto a la estación de tren de Salou-PortAventura, y Pompeu Fabra, donde se ampliará hacia la avenida de la Pedrera el actual parking de temporada. Estos dos proyectos, con un coste conjunto de 490.000 euros, también cuentan con financiación de los fondos Next Generation. Asimismo, en el proyecto aprobado para recibir fondos europeos se incluye la creación de otro aparcamiento disuasorio en el entorno de Barenys, una actuación que se afrontará cuando estén más avanzadas las obras de canalización del barranco.