Con el fin del mes de septiembre, la mayoría de municipios de la Costa Daurada dan por concluido el dispositivo de vigilancia de sus playas. La tendencia de muchos ayuntamientos en los últimos años ha sido la de estirar el servicio de salvamento y socorrismo, que tradicionalmente se centraba en los meses de julio y agosto. Sin embargo, en un caluroso octubre que está batiendo récords de temperatura, las playas siguen siendo lugares muy concurridos. La ausencia de socorristas genera cierto recelo entre los bañistas que todavía nutren nuestro litoral y que reclaman que se alargue la temporada.
«Me parece fatal. Aún hace buen tiempo y hay mucha gente, no se entiende que no haya socorristas. Se debería vigilar más», considera Marián, que tiene una segunda residencia en Cambrils y todavía disfruta de la playa durante el mes de octubre. «Hay gente muy mayor. Ahora quedamos todos los jubilados. Las administraciones deberían planteárselo y ser conscientes de que el cambio climático está aquí y que la temporada de playa se alarga», añade.
«Yo vengo todos los días y todavía hay mucha gente, sobre todo los fines de semana», coincide Javier, otro vecino de temporadas en Cambrils, que cree que «mientras haya gente, deberían seguir los socorristas». También hay quien le resta importancia, como Estrella y Gonzalo, que están de vacaciones y que no ven un problema en que no haya socorristas. «En estas fechas cada uno debería ser responsable de sí mismo», dicen.
Localidades como Cambrils, L’Hospitalet de l’Infant, Vila-seca, Tarragona o Torredembarra terminaron el día 30 el servicio de salvamento y socorrismo, mientras que muchas otras acabaron a mediados de septiembre o incluso antes, a 31 de agosto –es el caso de Roda de Berà y Creixell–.
Tan solo una playa de todo nuestro litoral, la de Llevant en Salou, mantiene activado el dispositivo de salvamento hasta después del puente del Pilar. Esta playa está vigilada de 10 a 18 h, una hora menos que en los meses centrales de verano.
La ausencia de socorristas conlleva que tampoco hay información sobre el estado del mar a disposición de los bañistas. Ni bandera en los puestos de salvamento ni información en el portal de Protecció Civil destinado a ello. «Yo soy de Cambrils y puedo ser consciente de cuándo entrar o no al agua, pero es cierto que si hay resaca, medusas u otros peligros, no seríamos conscientes», reflexiona Maite mientras sale de la playa del Regueral. «Es incomprensible que termine en septiembre. Hay mucha gente mayor, niños pequeños... Y el agua todavía está agradable para bañarse», expresa.
Para Patricia, vecina de La Pineda, «es un error que los ayuntamientos busquen ahorrarse un dinero dejando las playas sin vigilancia. Por un lado quieren que venga la gente fuera de verano, pero por el otro, quitan servicios que deberían ser esenciales para un destino turístico».
Un verano negro
Estas demandas se producen tras dejar atrás la peor temporada de baño de los últimos años en cuanto a muertes por ahogamiento. Los fallecidos en la provincia entre el 15 de junio y el 15 de septiembre –la temporada oficial– han sido 12, a los que se han sumado desde entonces otras cuatro personas, lo que eleva el número de muertes en las playas de la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre a 16.
Los chiringuitos sí que continúan funcionando
Aunque ya estemos en pleno otoño y los servicios que ofrecen nuestras playas cada vez sean menos, los chiringuitos de la mayoría de poblaciones de la Costa Daurada pueden seguir funcionando hasta finales de mes. Se trata de una decisión que puede tomar cada empresa, ya que desde los ayuntamientos lo que se fija es una fecha máxima para que los chiringuitos estén desmontados.
Algunos de los responsables de estos negocios ya han dado por finalizada la temporada 2023 y empezado a retirar sus estructuras, aunque el buen clima anima a muchos otros a permanecer en la arena unas semanas más. Es el caso de Salou, Cambrils o La Pineda, donde casi todos los chiringuitos siguen trabajando en pleno octubre.