A principios de septiembre está previsto el derribo de los llamados corrales de la colonia ferroviaria de Sant Vicenç de Calders y también del que era conocido como edificio de electrificación.
Los corrales eran unos antiguos lavaderos que ya quedaron sin uso hace décadas. Algunos vecinos los usan de trastero, pero otros de esos habitáculos han sido ocupados por personas que se han instalado allí.
El gestor de infraestructuras ferroviarias Adif, propietario de la colonia, ya decidió la demolición de los corrales para evitar conflictividad en el barrio y permitir abrir un vial.
Pero Adif también derribará el edificio conocido como de electrificación. En los bajos del inmueble estaba el taller del sector de electrificación. En la parte superior había tres viviendas que ya quedaron vacías cuando las familias que residían se trasladaron a otros pabellones de la colonia.
Como curiosidad, era el único edificio que tenía una vía en su interior para poder guardar la vagoneta que se empleaba para las reparaciones de las catenarias.
Aluminosis
Pero el edificio quedó hace años sin uso y presentaba un precario estado motivado por la aluminosis. Aun así, durante una época tuvo que tapiarse para evitar el acceso de personas que se instalaban dentro.
Adif planteó el derribo a la Associació per a la Preservació de la Colònia Ferroviaria que trabaja desde hace años para la reactivación del barrio como muestra de una de las últimas colonias ferroviarias de Catalunya.
La implicación de los vecinos que todavía residen ha guardado materiales e intentado conservar el entorno de la zona de manera que pudiese llegar a ser un espacio visitable que permita conocer cómo se vivía en aquellos barrios ferroviarios.
Los vecinos consideran que el derribo del edificio de electrificación no afecta al proyecto de potenciación de la colonia, además de que elimina un punto de conflictividad en la zona. Así, consideran que con su demolición y la de los corrales se acabará dos puntos negros de la zona.
Necesidad
Pero además, junto al Ayuntamiento, los vecinos plantean que una vez demolido el edificio, el solar que quede libre podría destinarse a aparcamiento.
Precisamente el solar quedará junto a una gran plaza y el refugio que sirvió de protección a los vecinos durante la Guerra Civil. Así el solar quedaría junto a una zona en la que son muchos los vecinos que dejan el coche. Ganar plazas en la zona de aparcamiento es un objetivo del consistorio desde hace años.
La estación de Sant Vicenç de Calders tiene muchos usuarios que llegan en coche para coger el tren. La falta de aparcamiento en la estación hace que dejen los vehículos en solares y en calles del entorno que muchos días quedan saturadas e incluso dificulta la movilidad de servicios de emergencia.