La agresión que sufrió un taxista que estaba en la parada de la estación de Segur de Calafell ha vuelto a alertar al sector, que reclama más medidas de seguridad y control en las zonas conflictivas. Representantes de los taxistas han mantenido en las últimas horas una reunión con responsables del Ayuntamiento para analizar cómo atajar las reiteradas agresiones que sufren.
El último caso fue el sábado sobre la una y media del mediodía, cuando varios jóvenes amenazaron a uno de los taxistas y se dirigieron a él con una gran piedra en la mano. La intervención de los compañeros del conductor y de vecinos que presenciaron la escena y avisaron a la policía evitó daños mayores.
Los hechos tendrían su origen unas semanas antes, cuando el taxista tuvo una discusión con un joven que habría intentado abonar la carrera con un billete de 20 euros falso. Durante muchos días el taxista habría intentado cobrar el trayecto sin éxito e incluso llegó a ofrecer cobrar la carrera a plazos de 5 euros.
Juicio rápido
Hace una semana, en una discusión por esa deuda, el joven lanzó una silla contra el taxista, que entonces puso una denuncia y se celebró un juicio rápido. El taxista considera que las amenazas del pasado sábado estaban motivadas por esa situación.
Sin embargo, los taxistas alertan de que las agresiones y amenazas que sufren son muchas, por lo que piden al Ayuntamiento medidas de control, de vigilancia «y de contundencia contra quienes sean los responsables de agresiones y desórdenes. De lo contrario un día habrá una desgracia», explican desde el sector del taxi de Calafell.
Los taxistas denuncian la concentración de un habitual grupo de jóvenes junto a la parada que tienen en la estación de Segur de Calafell. Destacan que no sólo son ellos los que sufren los desórdenes, sino también muchos de los establecimientos comerciales que hay en el entorno de la estación de Segur. «Además de los daños que causan, supone una muy mala imagen para quien pueda llegar a la localidad. No es una buena imagen para un municipio turístico ni lo que se merecen los vecinos», relataba otro de los taxistas. En Calafell hay nueve taxis que no tienen una parada fija y rotan por las del municipio.