La compañía estadounidense Hard Rock confirmó ayer, mediante un comunicado, su interés por construir un centro turístico integrado en el Centre Recreatiu i Turístic (CRT)de Salou y Vila-seca. Junto con Melco y «otros socios internacionales», prevé invertir 2.500 millones de euros y generar más de 10.000 empleos y «centenares de millones de euros en impuestos». Asegura que «estaremos encantados de seguir trabajando y colaborando con el Govern –la semana pasada se reunieron con el presidente Carles Puidemont–», y destaca que, a pesar de las numerosas oportunidades presentes en Europa, apuesta por la Costa Daurada porque «reúne las condiciones ideales para el desarrollo de un centro de ocio y entretenimiento de categoría mundial».
Hard Rock confía en «una solución rápida» que desencalle el proyecto e incide en que ha invertido, hasta hoy, «una gran cantidad de recursos financieros y empresariales, con el objetivo de definir una hoja de ruta clara y razonable que permita llevarlo a buen término». «La situación actual del CRT es el resultado de un largo y meticuloso proceso que se ha desarrollado bajo el estricto control de las administraciones públicas», añade.
Su intención, apunta, es ser un agente activo al Camp de Tarragona, a través de un proyecto que es «compatible con las comunidades locales y con el modelo de turismo familiar iniciado años atrás por PortAventura».
Moción aprobada
El debate sobre BCN World se focalizó ayer en Salou. El Ayuntamiento aprobó, en un pleno extraordinario, una moción en contra de la consulta ciudadana propuesta por la Generalitat. Reclama que, en todo caso, se circunscriba a Salou y Vila-seca y exige al Govern celeridad en la tramitación del plan director urbanístico del CRT para que esté listo antes de junio. La moción salió adelante con los votos favor del equipo de gobierno (CiU y PSC) y de los grupos municipales de Ciudadanos y PP. ERC se abs?tuvo y Guanyem votó en contra. El consistorio trasladará ahora su rechazo al referéndum al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; al conseller de Economia, Oriol Junqueras; y del de Territori i Sostentibilitat, Josep Rull.
«Hacer una consulta no es necesario ni oportuno. Hay una ley aprobada por el Parlament y lo que tiene que hacer el Govern es ponerse a trabajar. Hard Rock, Melco y Peralada quieren invertir, pero si las cosas sigue así probablemente se retiren», afirmó el alcalde Pere Granados (CiU).
Para Granados, la construcción de centros turísticos integrados en el CRT situaría a Salou «como uno de los destinos de ocio más competitivos a nivel mundial, con un modelo que no es incompatible con el que tenemos ahora». Respecto a los a casinos, señaló que «no queremos ser como La Vegas, sino como Orlando. Pero cualquier destino de prestigio, como Montecarlo, Cannes o Marbella, siempre gira al alrededor de un casino».
El portavoz del grupo municipal de CiU, Benet Presas, lamentó que «en este territorio cuesta mucho que los grandes proyectos salgan adelante» y recordó el caso de PortAventura «que era más complicado porque hubo expropiaciones y acabó representando un importante cambio turístico».
En esta línea, el portavoz del PSC, Antoni Brull, exigió al Govern que apruebe el plan urbanístico de forma definitiva «para que los inversores tengan una garantía», y discrepó del replanteamiento del proyecto anunciado por Junqueras: «Creemos en este proyecto tal y como está redactado, rehacerlo y redefinirlo lo retrasaría aún más».
Para la portavoz de Ciudadanos, Marta Cortés, «todas las fuerzas políticas deben permanecer unidas ante cualquier consulta que motive una dilatación en el tiempo de BCN World». Destacó que, de este modo, pueden ejercer mayor presión a la Generalitat para que «se defina».
Mario García, portavoz del PP, fue más vehemente : «ERC y la CUP tiene secuestrado al Govern, que antepone la independencia a crear riqueza y puestos de trabajo. Si entramos en el juego absurdo de una consulta lo único que conseguiremos en marear la perdiz y que los inversores se acaben marchando».
En el lado crítico con este proyecto, el portavoz de ERC, Alexandre Boquet, justificó la abstención de su grupo argumentando que «estamos a favor de que haya inversiones en el territorio, pero en contra del modelo de BCN World tal y como está ahora. El juego no genera economía productiva. En Estados Unidos trasladaron el modelo de Las Vegas a Atlantic City y eso provocó alllí el cierre de comercios y más paro».
Más contundente fue el portavoz de Guanyem, Vicente Macias, que insinuó que en torno a BCN World pude haber «drogas, prostitución, blanqueo de dinero y mafias».