Era cuestión de tiempo y reseguir la calle trazada en el terreno. Flanqueada de casas que los arqueólogos han rescatado del subsuelo en los últimos años. Unas viviendas más sencillas, otras grandes. En algunas zonas conservan hasta cuatro metros de altura.
«En algún sitio debía estar esa puerta de acceso a la gran ciudad», explica el arqueólogo Jordi Morer que hace años excava en el yacimiento íbero de Masies de Sant Miquel, en Banyeres, pero que es un hallazgo que implica a todo el Baix Penedès. El Ayuntamiento de El Vendrell ha aportado 3.000 euros para los trabajos.
La campaña de este año buscaba la que sería la principal puerta de acceso. Y se ha localizado. Es el acceso sur. Con unas entradas redondeadas ya que era para personas y carros. Y junto a una torre de la que se ha localizado la base. Con las delimitaciones es la primera vez que puede excavarse la extensión de una ciudad. Queda mucho por ahondar. Quizá décadas por la extensión y potencialidad histórica.
Morer considera que si en el siglo XX las joyas eran Empuries (grecoromano) y Ullastret (indígena), en el XXI será la ciudad de Banyeres.
Se han delimitado y extraído casas pequeñas junto a la muralla y grandes en un callejero definido. Y esperan que puedan dar con un templo.
Cinco hectáreas (30 veces más grande que el poblado íbero de Calafell) amuralladas. Con fortificación compleja de doble muralla y paredes de hasta cuatro metros, algo único en yacimientos de la época. Ahora es cuestión de tiempo e inversiones.
Que había potencial arqueológico en la zona ya se sabía por la gran cantidad de material encontrado en superficie y como certificó el historiador Salvador Vilaseca en los años 50. El profesor de Historia, Victor Revilla hizo las primeras excavaciones en 1988 encontrando material que dataría desde el VI adC al II dC.
Fue en 1998 que con motivo de la construcción de una balsa quedaron al descubierto muros de hasta cuatro metros. Vecinos, historiadores y arqueólogos dieron la voz de alerta y se logró que en 1998 la zona fuese Bien Cultural de Interés Nacional.
Era la gran ciudad y que se sospechaba debía estar en algún sitio. Sobre la que pivotaban asentamientos como el de Mas d’en Gual o Les Guàrdies de El Vendrell (de producción metalúrgica), Fondo del Roig de Cunit (agrícola), la Ciutadella de Calafell (defensiva, aldea y residencia de un caudillo), Font de la Canya (Avinyonet) como zona de almacenamiento. Desde Masies de Sant Miquel se controlaba todo. Desde la zona de Marmellar al Foix.
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La gran ciudad íbera de la Cosetania Oriental. Gran parte de los productos de diferentes manufacturas llegarían a la urbe y desde donde se distribuían a núcleos costeros (Calafell-Cubelles, donde podría haber un puerto) para su exportación por el Mediterráneo.
Morer señala que bajo la ciudad encontrada podría haber otro asentamiento del V antes de Cristo. Sería en el III cuando hay una reforma y organización de la ciudad con las calles ahora visibles.
La puerta hallada abre más que a esa ciudad. Descierra un paso a la historia con mucho que descubrir.
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Hacía décadas que la sospecha miraba esos terrenos. Restos de cerámica, de barros indicaban que allí había una potencialidad arqueológica. ¿La gran ciudad íbera? Porque el resto de asentamientos de la época por la zona eran muy pequeños. El algún lugar debía estar la ciudad.
Fue con motivo de unos trabajos para hacer una balsa que el misterio quedó al descubierto. Los historiadores denunciaron que las obras eran ilegales porque toda esa zona era de interés.
Pudieron pararse las obras y todo el área quedó protegida. En 2018 se compró medio terreno a los propietarios (2,5 hectáreas) y ya interrvino la Universitat de Barcelona. En 2019 se recuadra y el georradar muestra las capas.
Para saber más: conferencia de expertos:
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