El neurobiólogo vegetal Stefano Mancuso reflexiona en su libro La planta del mundo en torno a que «a diferencia de las ciudades ideales que aparecen en los cuadros renacentistas, totalmente edificadas y sin el más mínimo rastro de tan siquiera una brizna de hierba, las ciudades del futuro tendrán que estar cubiertas por entero de vegetación».
La necesidad climática obliga a recuperar la naturaleza en el centro de las ciudades. En El Vendrell, debido a un urbanismo desaforado durante décadas, apenas hay grandes zonas verdes, pero hay espacios como las rieras que pueden ser unos ejes lineales naturales de gran valor ambiental y social.
El objetivo es que esos corredores, a la espera de ganar otras grandes zonas de sombra y refugios climáticos como el previsto parque del Botafoc, puedan ser esos espacios arbolados para la mejora de la calidad natural y del ocio.
El Ayuntamiento ha presentado el anteproyecto para naturalizar el torrente de Aragalls entre la avenida Parlament de Catalunya y la plaza del Pesebre, en primera línea de mar. El tramo ya lo utilizan muchos vecinos para pasear e ir en bicicleta, pero presenta un pavimento irregular, con maleza y un estado de dejadez.
Autóctono
En cambio, las posibilidades ambientales y para la movilidad son muchas. Se acondicionará con arbolado autóctono, espacios para el descanso, iluminación y un pavimento de sablón.
La mejora de ese tramo de torrente permite además conectar con la vía verde que desde el centro de El Vendrell llega a la avenida Parlament de Catalunya y de allí, con el tramo a naturalizar, lo haría hasta el paseo marítimo.
La intervención es para crear un vial arbolado de unos 20 metros de ancho entre la avenida Parlament de Catalunya y la calle Olivarda y los 3 metros de la calle Doctor Fleming a la avenida Palfuriana.
La recuperación del torrente permite crear parques lineales que faciliten introducir la naturaleza en la trama urbana. Esa tendencia es la que debe imperar en el urbanismo actual. Mancuso señala que «de cómo imaginemos las ciudades en los próximos años dependerá en gran parte nuestra supervivencia».
El desmedido urbanismo exige ahora ganar metros de verde donde sea posible, entre otros motivos, para intentar controlar el calentamiento global.
En 2019 la Escuela Politécnica Federal de Zúrich señaló que plantar millones de árboles es la solución para reabsorber de la atmósfera dióxido de carbono. Y hacerlo en el interior de los núcleos urbanos es más efectivo ya que es donde está la fuente de emisión. Además de mejorar la salud de los ciudadanos.