Supo lo que es votar en las elecciones generales de la Segunda República en 1936. Fueron las segundas elecciones en el Estado en que las mujeres tuvieron derecho a voto. En las primeras (1933) Amèlia Guardià Andreu no tenía los 23 años para poder votar.
La abuela de L’Arboç, de 107 años, también supo lo que es la Guerra Civil y la dictadura que eliminó el voto libre, que no se recuperó hasta las elecciones de 1977.
Por dignidad
Por eso Amèlia Guardià, el domingo acudió a su colegio electoral de L’Arboç. Por dignidad democrática. Por ella. Por todos los que lucharon por el voto femenino y por poder votar. «Siempre he ejercido mi derecho a voto», explicaba. «Durante muchos años estuvo prohibido. Ahora que se puede, quiero votar».
La abuela de L’Arboç y de toda la provincia, nació el 22 de noviembre de 1911. El domingo acudió con su voto al colegio de L’Arboç. Le acompañaron sus bisnietos, que difícilmente entenderían que hubo un tiempo en que no se podía votar.
Por eso la llegada de Amèlia a la mesa de votaciones fue un ejemplo de lucha por la democracia. Porque ella todavía introducía en la urna el voto de todos los que lucharon para poder hacerlo en libertad.