Más claro que el agua: «El consentimiento es el acuerdo verbal o no verbal para participar en un acto sexual. Es el requisito mínimo para que las relaciones sexuales sean relaciones sexuales y no violencia sexual».
Parece obvio, pero está lejos de serlo, por ello el Ayuntamiento de Tarragona ha editado recientemente una guía joven sobre consentimiento sexual. Explicar su contenido parece más oportuno que nunca a raíz de la alarma social que ha generado la violación de una adolescente por parte de otro menor este pasado fin de semana.
La guía, la primera sobre este tema que elabora el consistorio, ha sido escrita por la abogada Nahxeli Beas, de la Associació Assistència Dones Agredides Sexualment. AADAS y coordinada por Montse García Biosca, jefa de Políticas de Igualdad del ayuntamiento.
Y, si quedaban dudas sobre lo que es el consentimiento algunos ejemplos ayudan a entenderlo: «Puedo decir que sí y luego que no o al revés; puedo querer unas prácticas sí y otras no; puedo querer un día sí y otro no; puedo querer con unas personas sí y con otras no...»
Beas señala que si se habla poco de sexualidad, de consentimiento se habla aún menos: «Socialmente se cree que el sexo es natural; instintivo, como si no estuviera atravesado por estereotipos o relaciones de poder. Pero lo cierto es que el sexo se aprende y también se mal aprende. Si queremos crear una cultura del acuerdo mutuo ¿Lo hablas o cómo lo haces?».
Caja de herramientas
La guía, señala, nace con la intención de ser una especie de caja de herramientas. De hecho Montse García Biosca explica que próximamente se va a comenzar a hacer formación sobre su contenido para personas que trabajan con jóvenes, desde centros educativos hasta distintos equipamientos. Además se enviará a quienes la soliciten.
Y, aunque se trata de una guía especialmente pensada para jóvenes, hay conceptos que bien valdría que tuvieran presentes personas de todas las edades. Un ejemplo: «Las personas dormidas o que no están en plenas condiciones de consciencia por haber consumido fármacos, alcohol u otras sustancias químicas no pueden dar su consentimiento».
Desmontando la agresión
Buena parte del libro se dedica a romper estereotipos. Los violadores, señalan, no suelen responder al hombre violento, desconocido, que ataca a una mujer en un portal oscuro; por el contrario, suelen ser hombres conocida «que utilizan como arma la confianza, la insistencia y/o el chantaje emocional».
Otro de los falsos mitos es que los hombres no pueden dominar sus instintos sexuales y que tienen mayor libido que las mujeres, pero lo cierto es que «las violencias sexuales son actos premeditados total o parcialmenre. Está ampliamente demostrado que el comportamiento violento es aprendido y no forma parte de nuestra biología». Se incluyen, además, conceptos clave para reconocer las violencias en línea.
La guía, no obstante, no se queda en el consentimiento, sino que también se dedica a desmontar los mitos sobre las agresiones sexuales, comenzando por el hecho de que la mayoría no deja marcas físicas, y esto no debería ser utilizado para decir que no hubo agresión.
Se aclara, además, que no existe un manera ‘correcta’ de reaccionar cuando se sufre una agresión. «El nivel de estrés del momento, el instinto de supervivencia y las experiencias previas de cada una, pueden desembocar en reacciones diversas como no enfrentarse al agresor», apuntan.
En la guía se recogen, además, los recursos que hay en la ciudad en caso de sufrir una agresión, tanto si se quiere denunciar como si no.
En este sentido el ayuntamiento también ha preparado otra guía jurídica contra las violencias sexuales. Está destinada tanto a víctimas como a profesionales que trabajan con ellas para quienes en este momento se está haciendo formación.