Ocho alumnos de la autoescuela Sant Miquel de El Vendrell se quedaron ayer sin poder presentar la prueba práctica para el carnet de conducir.El examinador que les tocaba se negó a hacerla «porque no funcionaba el aire acondicionado». Así lo denuncia la dueña de la autoescuela, Isabel Pulido, quien recuerda que la temperatura a la hora del examen rondaba los 15 grados.
Pulido se lamentaba de que los alumnos habían perdido horas de clase y de trabajo y de que ahora no sabían cuándo podrían volver a tener oportunidad de examinarse en medio de la huelga parcial que afecta al sector y que está haciendo que se acumulen los alumnos.
Explica que el aire acondicionado del coche tiene una fuga, pero sí funciona el aire ambiental y, además, «se podía bajar perfectamente la ventanilla», alega.
El presidente de la Associació d’Autoescoles de Tarragona, Carles Olivé, por su parte, se mostraba indignado y ponía como ejemplo que en los últimos días en la autoescuela donde trabaja han estado haciendo las prácticas con el cristal bajado sin ningún problema.
Pérdida de clases y trabajo
Dos de los alumnos también se mostraban enfadados por haber perdido horas en vano y se lamentaban de que, al retrasarse el examen, seguramente les tocaría realizar nuevas sesiones prácticas con el consecuente desembolso de dinero. Todo sin contar con los nervios que, reconocen, supone presentarse al examen del carnet. «Llevas días preparándote y luego pasa esto. Sientes desilusión y rabia», comentaba uno de ellos.
Consultados al respecto, desde la Jefatura Provincial de Tráfico de Tarragona han explicado que se ha pedido un informe por escrito al examinador en cuestión para que explique su decisión y ya se han puesto a disposición de la dueña de la autoescuela para hablar con ella. Eso sí, aseguran tener constancia sólo de cuatro alumnos por examinar y no de ocho.
Desde el sindicato CSI-F matizan, no obstante, que en este caso en particular no se trataba sólo de un problema de climatización del vehículo, sino de que el alumno no habría sido capaz de desempañar los cristales, algo que, dentro del reglamento, se considera una «falta eliminatoria».
Aseguran que ante la imposibilidad de valorar si el sistema no funcionaba correctamente o era el alumno el que no sabía cómo utilizarlo el examinador prefirió suspender el examen con el fin de no perjudicar al alumno.
