Todos en Azul inició su actividad hace cuatro años colgando pictogramas en la calle y dando visibilidad al autismo, cuatro años más tarde la perseverancia y el empeño de su gente ha conseguido su primer logro, la apertura de un local social desde el que podrá atenderse a las cerca de 200 familias que colaboran con la entidad, liderada por Juanjo Caravaca. «Confiamos en este proyecto en el que estamos todos super ilusionados», reconocía ayer.
El local, ubicado en el número 21 de la calle Falset de Torreforta, está completamente adaptado a las personas con Trastorno del Especto Autista (TEA) y funcionará como espacio de ocio para los niños con autismo y para el acompañamiento de las familias. Este está diseñado con materiales adecuados y cuenta con un pequeño espacio sensorial para que estas criaturas puedan realizar actividades que les ayuden en su día a día.
El proyecto se ha impulsado con la colaboración de la Cooperativa Combinats, lo que permitirá que vaya desplegándose en diferentes fase. La primera empezará en enero, ofreciendo atención a los niños de lunes a viernes de cinco a ocho de la tarde. En paralelo, los familiares también recibirán formación y apoyo «para resolver dudas e información sobre las ayudas económicas para la atención», decía Raquel Barbier, responsable del Àrea Socioeducativa de Combinats.
De cara al mes de marzo está previsto que arranque la segunda fase, con servicios terapeuticos para los niños y un servicio de respiro una fin de semana al mes. «El objetivo es abrirlo a toda la ciudadanía», añadía Barbier. Y ya a partir del verano está previsto que pueda ponerse en marcha la tercera fase, con el Casal d’Estiu. «De momento este es un cachito del proyecto definitivo con el que estamos trabajando», añadía Caravaca.
Para la inauguración del nuevo local estaba prevista una fiesta popular, que al final quedó deslucida por la lluvia. Sin embargo, nada pudo estropear la ilusión de este primer día en el que este proyecto ha plantado una nueva semilla que ya no tiene vuelta atrás.
