El Ayuntamiento de Tarragona ha completado la retirada de la simbología franquista de la ciudad. Lo ha hecho después de quitar las 73 placas colocadas durante la dictadura de Francisco Franco que todavía lucían en diferentes edificios.
Así lo explicó Manel Castaño, concejal de Memòria Històrica del Ayuntamiento, que definió la actuación como «un paso importante que todos debemos celebrar». En este sentido, añadió que «este es un acto merecido que pone en valor todo lo que hace este gobierno para, de alguna forma, construir esta memoria democrática que nos hace más republicanos y que demuestra que estamos comprometidos con la democracia».
La retirada de estas placas da cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica Española ya la Llei del memorial democràtic de Catalunya, en las que se indica que las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de las placas con simbología franquista.
Castaño explicó que el 2010, el Memorial Democràtic de Catalunya llevó a cabo un inventario en Tarragona con el que se contabilizaron un total de 186 placas, aunque esta cifra se redujo a 172 cuando las entidades de memoria histórica de la ciudad ya retiraron por su cuenta 14 símbolos.
Además, muchas placas desaparecieron con obras o rehabilitaciones de edificios. Así, a finales del año pasado se volvieron a contabilizar y se vio que quedaban 73, las cuales ya han sido retiradas en esta última actuación. De estas, 29 se encontraban en el centro de la ciudad y 44 en los barrios periféricos de Tarragona.
Los elementos retirados, que quedarán registrados en el Banc del Memorial Democràtic, se conservarán a partir de ahora en el Arxiu Històric de la Ciutat de Tarragona. El responsable de la Xarxa d’Espais de Memòria del Memorial Democràtic de Catalunya, Josep Font, reconoció que «la gestión de este patrimonio incómodo no es sencillo, y creo que hay que felicitar al Ayuntamiento y a las entidades memorialísticas por su trabajo».
Finalmente, el alcalde Pau Ricomà, que también agradeció a las entidades de memoria histórica su trabajo, manifestó que «Tarragona es hoy una ciudad un poco más digna».