El plan para empezar a dar vida a la Tabacalera arrancará este mismo año. Tras aprobar el pliego de cláusulas el pasado 16 de febrero con una amplia mayoría del Saló de Plens (PSC, ERC y Junts), ayer el Ayuntamiento de Tarragona anunció que acelera y que, solo un mes después, saca a licitación pública el uso del almacén 5 del complejo –de 2.864 metros cuadrados de superficie– para destinarlo a un centro universitario y de FP.
Se trata del primer paso administrativo para impulsar la reapertura a la ciudadanía del complejo de la Part Baixa que, tras más de una década y media abandonado, solo está ocupada con el 10% de su superficie, de 44.000 metros cuadrados: 4.200 entre Tarragona Impulsa, la Capsa de Música i l’Arxiu.
El plan del gobierno municipal socialista pasa por dotar a la Tabacalera del futuro de tres patas: formativa, cultural y tecnológica. Precisamente, el paso dado ayer por el consistorio supone un punto de inflexión para que sea la parte educacional la que tire del carro del proyecto, con vistas a que el primer gran plan de reactivación pueda ser una realidad al final de este mismo mandato: en 2027.
«Dignificar la finca»
El inicio de la convocatoria del concurso público para destinar el almacén 5 a la Tabacalera universitaria contempla que el consistorio esperará ofertas hasta el próximo 24 de abril para gestionar el recinto. Será entonces cuando se empezará a definir el futuro del emplazamiento, que supondrá concesionar el inmueble durante 40 años, a cambio de una inversión global de 4,2 millones de euros, que irán a cargo del adjudicatario. Por esto, las condiciones de la licitación prevén una carencia de dos décadas para amortizar el gasto, de forma que la firma que asuma el recinto docente no empezará a pagar el canon de 212.000 euros anuales hasta el año 21 de contrato debido al «elevado coste de inversión», según se indica en la memoria que acompaña la convocatoria del proceso.
«El objetivo es dignificar la finca, dándole uso con nuevas actividades de formación universitaria especializada en la ciudad», indicaba ayer el Ayuntamiento en una nota de prensa en la que añadía que la concesión será «exclusivamente» para el uso docente, a la vez que detallaba que, una vez finalizada la habilitación administrativa, «las instalaciones pasarán a ser posesión y titularidad municipal». La corporación local recalca, de hecho, que, cuando el permiso esté en vigor, «se comprobará y vigilará la correcta utilización de los bienes municipales», así como «el cumplimiento de su finalidad», ejerciendo «las potestades de inspección».
Una de las opciones que tiene más números es la de destinar el recinto para un grado y FP dedicado al deporte. En reiteradas ocasiones, el gobierno municipal ha lamentado que Tarragona sea la única capital de provincia catalana sin contar con estos estudios, que en caso de implantarse en la ciudad se complementaría con las instalaciones del Anillo Mediterráneo.
Sobre ello, hace semanas la entidad Empresaris de Tarragona detalló su posicionamiento para que estos estudios se ubiquen, precisamente, en el entorno del complejo deportivo de Campclar, si bien el consistorio asegura que en ese emplazamiento no hay espacio para ello, pero sí en el futuro barrio del Pla Parcial 10 –frente al Carrefour y Les Gavarres–, donde se ubicará el centro comercial impulsado por Ten Brinke.
Apertura a la ciudadanía
La vía educativa, principalmente desde el centro universitario, es la que en estos momentos está mejor orientada para empezar a mover el dominó de la Tabacalera. Paralelamente, hay otras dos patas prioritarias para el ejecutivo del alcalde Rubén Viñuales (PSC): atraer el conservatorio de la Diputació y cerrar el aterrizaje de la Biblioteca Provincial.
Por lo que se refiere al centro educativo musical, las administraciones municipal y supracomarcal están en conversaciones, una vez que el recinto ahora ubicado en la calle Cavallers no podrá trasladarse a la Savinosa debido a la cercanía del paso de trenes con mercancías peligrosas. Así lo impone la normativa de Protecció Civil.
Paralelamente, Consistorio y Gobierno Central, junto a la Generalitat, están pendientes de conocer si habrá Presupuestos Generales del Estado (PGE) para confirmar si, por primera vez, el esperado equipamiento cultural podrá tener partida económica en las cuentas estatales «para la redacción del proyecto», según indicó hace semanas el ministro de Cultura, Ernest Urtasun (Sumar).
Una vez que el centro universitario y el conservatorio puedan ser una realidad, y con la biblioteca ya en obras, la idea del Ayuntamiento es la de abrir al público el jardín interior del complejo mediante un bar/restaurante con un claro objetivo: que la ciudadanía se acostumbre a «ir a tomar algo a la Tabacalera». El gran reto será que lo que ahora parece ciencia ficción pueda ser, algún día, una realidad.