La población de Catalunya ha llegado a ocho millones de habitantes, a fecha del 1 de noviembre, de los cuales un 73 por ciento se concentran en la provincia de Barcelona.
Así lo confirman las últimas estimaciones del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), que destacan que, de toda la población, 4.065.008 son mujeres -un 50,78%- frente a 3.940.696 catalanes hombres.
Las cifras de evolución positiva han vuelto después de la pandemia de la covid-19 y después de recuperar un rápido crecimiento demográfico, por el aumento otra vez de la migración internacional.
Según ha detallado el Idescat este viernes en un comunicado, más allá de la provincia de Barcelona, el resto de la población catalana se divide en porciones más pequeñas a Tarragona, que concentra el 11% de los habitantes; Girona, con un 10%; y Lleida, la menos poblada, con un 6% de catalanes.
La población catalana ha pasado de seis a ocho millones entre el 1987 y el 2023, y desde entonces la demografía ha cambiado en muchos aspectos, como un mayor envejecimiento, el crecimiento de la esperanza de vida y mayor diversidad de nacionalidades.
La población mayor de 65 años se ha duplicado desde el 1987, y ya representa el 19,3% del total, con 1.528.322 personas en este segmento de edad.
Cada vez hay más catalanes por encima de los 65 años, que además viven más, puesto que la esperanza de vida ha crecido desde el 1987 de 77,2 a 83,6 años.
La población extranjera también ha aumentado exponencialmente, del 1,1% que suponían el 1987, con 66.334 extranjeros, al 16,5% de peso que esta población tiene ahora, con 1.271.810 personas provenientes del extranjero.
Otro de los cambios profundos registrados desde el 1987 es la participación de las mujeres en el mercado laboral: hace 36 años, un 26,5% de las mujeres estaba trabajando, mientras que ahora esta cifra es del 50,9%.
La edad media en la que las mujeres tienen hijos también se ha atrasado más de cinco años en el mismo periodo, de los 26,3 años a los 31,6.
La migración acelera el crecimiento
El crecimiento poblacional actual contrasta con el descenso de los nacimientos en Catalunya. Desde el 2018, se registran más defunciones que nacimientos, pero el fenómeno se compensa con la llegada de personas de fuera para vivir en la comunidad.
Las proyecciones del Idescat prevén que esta tendencia continúe durante las próximas décadas, una situación que ya se da en países del entorno, aunque previsiblemente el crecimiento poblacional se moderará respecto a los últimos años, dependiendo de la intensidad del fenómeno migratorio.
Desde el 1900, Catalunya ha duplicado dos veces su población en periodos aproximados de seis décadas: de dos a cuatro millones en un caso, y de cuatro a ocho millones en el otro.
Hasta la década de 1950, la población catalana suponía el 11% de los habitantes de España, pero el rápido crecimiento demográfico que tuvo Catalunya hasta el 1970, con personas provenientes otros puntos del estado, situó los catalanes en un 16% de la población española, nivel que se ha mantenido hasta la actualidad.
Entre 1980 y 1990, la población catalana se estancó, con una disminución de la natalidad y una migración con signo negativo, un proceso que cambió a principios del siglo XXI, cuando hubo una nueva oleada migratoria, proveniente sobre todo de fuera de España.
Hasta el 2010, la población catalana creció un millón de personas en apenas en una década, un proceso que se frenó por la crisis económica del 2008.