El pleno del ayuntamiento de Tarragona ha aprobado este jueves la modificación de las ordenanzas municipales que proponía el equipo de gobierno (PSC), que tienen como principales cambios un incremento del 7,4% del IBI y un 12% de la tasa de basura (ERC se ha abstenido finalmente).
También se han subido las tasas de ocupación de las terrazas en un 20% y el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), en un 33%, además de un recargo de hasta el 150% del IBI para los propietarios de pisos vacíos. ERC ha votado a favor de este último punto.
Después de semanas de negociaciones, los socialistas han conseguido el apoyo de Junts per Catalunya (JxCat) y En Comú Podem (ECP). Una de las contrapartidas conseguidas por los comunes ha sido la suspensión de otorgamiento de licencias de pisos turísticos durante un año.
El alcalde de la ciudad, Rubén Viñuales, ha agradecido el apoyo de JxCat y ECP, así como la voluntad negociadora de ERC, para aprobar las medidas. El alcalde ha justificado la delicada situación económica del consistorio por la gestión de las últimas legislaturas y por «un cúmulo de casuísticas» que no dependen del ámbito municipal. «No se podía saber que subiría tanto el IPC o los tipos de interés, o que no habría una suspensión de las reglas fiscales», ha defendido.
Desde la oposición, el portavoz de JxCat, Jordi Sendra, ha argumentado su voto favorable a todas las nuevas ordenanzas por querer «hacer política en mayúsculas», si bien ha asegurado que no son «partidarios de subir impuestos». Según ha asegurado, durante las negociaciones han conseguido minimizar la subida del IBI que quería el PSC del 20% al 7,4%, rebajar los sueldos de los concejales municipales y asesores en el mismo porcentaje, incrementar las sanciones por mala gestión de los desechos o para crear 500 nuevas plazas de aparcamiento por motos.
Para Jordi Collado, de ECP, el incremento de impuestos servirá para «redistribuir la riqueza» y ha destacado que Tarragona sube las tasas «bastante por debajo de los ayuntamientos del entorno». A la vez, ha destacado que «el ayuntamiento no está en quiebra», tal y como afirmó hace dos semanas Viñuales.
El resto de partidos del plenario han sido más críticos con las medidas aprobadas. Respecto al IBI, el concejal de ERC, Xavier Puig, ha indicado que «quizás no hacía falta» subirlo tanto y ha recordado que es un impuesto que «afecta a todo el mundo y en la misma proporción». «Nosotros proponíamos el mínimo incremento necesario a cambio de cosas buenas por la ciudad», ha indicado.
Desde el PP, Maria Mercè Martorell, ha asegurado que el incremento de impuestos no es necesario y ha apuntado que supondrá un freno para la economía. Tanto populares como VOX han votado en contra de todos los aumentos impositivos. El portavoz de la formación de derecha extrema, Francisco Javier Gómez, ha culpado «todos los gobiernos democráticos» de la deuda acumulada al consistorio. «Tenemos democracia y la hemos liado parda», ha dicho.