2025 será el año del patrimonio. Y es que el azar ha hecho que, coincidiendo con la conmemoración de los 25 años de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, Tarraco recibirá la inyección económica más importante para la puesta a punto de dos de sus monumentos más desconocidos como son el Fòrum de la Colònia y la Necròpolis Paleocristiana.
En ambos casos estamos hablando de asignaturas pendientes, que deben servir para poner en el mapa dos espacios arqueológicos que ahora mismo pasan sin pena ni gloria para la mayoría de los visitantes que recibe la ciudad. Y esto es especialmente grave en el caso del recinto ubicado en la calle Ramón y Cajal, que es considerado uno de los cementerios tardorromanos mejor conocidos y conservados del imperio romano, mientras que la desidia de años pasados hizo que varias generaciones de tarraconenses ni siquiera pudieran visitarlo.
Por este motivo, uno de los aspectos en los que pone el acento el proyecto que quiere llevarse a cabo es el de la accesibilidad y la mejora de la permeabilidad con el entorno. Los 5,3 millones de euros de presupuesto servirán para abrir el yacimiento a la ciudad, generando un parque público que contribuirá a esta importante transformación que quiere hacerse alrededor del Francolí y el complejo de Tabacalera de cara a los próximos años.
La inversión prevista debe servir para adaptar el recinto a los nuevos tiempos, de forma que sea accesible para todos los públicos, con una museografía acorde al siglo XXI y espacios que sirvan como refugios climáticos. También supondrá la reapertura del Museu de la Necròpolis, cerrado desde la década de los noventa. Sin embargo, esto tan solo representa una primera fase del ambicioso proyecto que quiere llevarse a cabo desde el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona (MNAT) de cara a un futuro.
El inicio de los trabajos no puede hacerse esperar, ya que tan solo falta formalizar la adjudicación del contrato de obras, que se financiará con los fondos Next Generation. De hecho, este mismo Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que se impulsó desde Europa a partir de la Covid, para hacer frente a la crisis inflacionista que se generó, también es el que financiará el proyecto del Fòrum de la Colònia.
En este caso, el contrato para la dirección y la ejecución de las obras también está pendiente de adjudicarse en los próximos días o semanas, por lo que este primer trimestre podrían entrar los primeros operarios en el espacio ubicado en la calle Lleida.
Uno de los cambios que se percibirá a primera vista será la modificación del punto de acceso, que se hará desde la calle Governador González. Esto facilitará la accesibilidad de un monumento, que ahora no está preparado para las personas con movilidad reducida y que busca poder explicarse mejor, para que los visitantes comprendan el papel que ejerció este espacio en la antigua Tarraco.
En este caso, la inversión que se realizará alcanza los tres millones de euros. Y, aunque no ha prosperado la propuesta inicial de hacer un parque arqueológico abierto a la ciudad, el objetivo es dinamizar uno de los monumentos más desconocidos del conjunto monumental de Tarraco.
Más allá de estas dos grandes inversiones, el Patrimoni Històric suma una partida de 865.000 euros en el presupuesto municipal aprobado el pasado 15 de noviembre. Al respecto, Ca l’Agapito es la parte más significativa, teniendo en cuenta que desde el ejecutivo de Rubén Viñuales se trabaja para convertir el antiguo inmueble de la Plaça Pallol en la sede del Museu d’Història de Tarragona.
Los 350.000 euros previstos en las arcas públicas para este 2025 deben permitir poner en marcha la maquinaria, para arrancar un proyecto que todavía está en fase embrionaria.
La recuperación del Camí de la Fonteta (125.000 euros) y la sustitución del ascensor del Pretori (100.000 euros) son otras de las actuaciones previstas para la puesta a punto de un patrimonio que este año será uno de los ejes centrales de la ciudad.
La guinda del pastel de la conmemoración podría ser la constitución del anhelado consorcio, en el que el conjunto de las administraciones ratifiquen un compromiso económico que hasta el momento ha estado sujeto a la voluntad política.