La Diputació de Tarragona y el Servei Català de Trànsit (SCT) han realizado este año unas pruebas piloto para avisar a los conductores cuando un sensor detecta la presencia de animales en la calzada. Ambas administraciones han hecho un balance positivo de la prueba y han señalado al Diari que los aparatos de detección se van a instalar en otros puntos el próximo año.
Hace un año, la Diputació de Tarragona instaló este sensor de fauna salvaje en la carretera TV-2126, de Bellvei a Calafell, donde se registraba una alta siniestralidad, principalmente por la presencia de jabalíes.
Este sistema consta de cuatro cámaras de infrarrojos que detectan a los animales que puedan estar en los márgenes de la carretera, activando dos paneles de señalización de leds que advierten a los usuarios de la vía de la presencia de animales en la calzada. También permite la grabación de imágenes de los animales al activar la señalización.
Durante este año de funcionamiento del sistema no se ha registrado ningún accidente en el tramo de carretera, si que se han detectado diferentes movimientos de jabalíes cerca de la vía o cruzándola. Hay que tener presente que la accidentalidad con fauna salvaje es bastante aleatoria dada la intervención de animales.
En este sentido, para hacer un balance, sería necesario disponer de datos de accidentalidad de los próximos 3 años para poder valorar su efectividad. Pero desde la Diputació de Tarragona se está estudiando instalar otro sistema de detección como éste en algún otro punto que presente una importante concentración de accidentes con ungulados.
La otra prueba
Por su parte, el Servei Català de Trànsit destinará 200.000 euros a colocar este dispositivo en tres puntos del Alt Empordà. Se ha elegido este enclave por la alta siniestralidad que ofrecía, indicaba al Diari la subdirectora general de Gestió del Trànsit del SCT, Lourdes Puigbarraca. Y ello en base a un estudio realizado con datos de 2022, donde los accidentes en Catalunya con fauna salvaje representaron el 29% –5.482 accidentes con ungulados frente a un total de 18.894–.
«Vimos que la presión cinegética no era suficiente», decía la responsable del SCT. Tampoco la señalización tradicional en las carreteras «porque a veces el conductor se acaba habituando y no presta atención».
Por ello estudiaron los accidentes y vieron que era muy importante conoce la actividad biológica del animal: cuándo había más accidentes, en qué meses del año, a qué hora, etc. Un trabajo hecho conjuntamente con agentes rurales y el Departament d’Acció Climàtica.
El 1 de agosto se puso en marcha el primer punto de control en la carretera N-260, en Cabanelles –antes de acabar el año estarán operativos los de La Garriguella en la misma carretera y en Pontós en la N-II–, un corredor natural de estos animales. Consiste en cámaras térmicas que cuando captan un animal activa un panel luminoso con mensaje variable. «Avisa al conductor que se encontrará un animal y le indica que reduzca la velocidad».
Pero, además, como está conectado con el Centre d’Informació Viària de Catalunya, desde aquí se puede activar en caso de alguna incidencia, como un incendio, de niebla, hielo o accidente.
«Nos está funcionando muy bien», comentaba Puigbarraca, tanto que en los próximos años se va a extender la iniciativa a otros puntos de Catalunya. Para 2025 ya hay una partida de 247.000 euros –la de 2026 está por definir–.