El Departament d’Empresa i Coneixement de la Generalitat de Catalunya ha abierto un expediente sancionador a la empresa Miasa Logística, a raíz del incendio que se registró en la nave de esta compañía, ubicada en el polígono Entrevies, el pasado 7 de julio.
Según ha podido saber el Diari, la compañía, que se dedica al almacenaje de productos químicos, vulneró la normativa en materia de seguridad industrial ya que se detectaron dos infracciones de carácter «grave». En primer lugar, los técnicos detectaron que la instalación eléctrica de baja tensión de Miasa no se ajustaba a la normativa, ya que su estado no coincidía con el proyecto registrado y no había constancia de ninguna inspección inicial, modificación, ampliación ni inspección periódica. La no contratación de servicios de mantenimiento y de inspección, cuando lo exigen los reglamentos técnicos de seguridad industrial aplicables, está tipificada como una infracción grave. Para ello, se ha multado a la compañía con la cantidad de 50.000 euros.
Por otro lado, el expediente sancionador incluye que, poco antes de que se produjera el accidente, se había hecho una inspección en la compañía. En esta se detectó que «había materiales y cantidades que no se ajustaban a lo que tenían declarado». Empresa i Coneixement solicitó cambios, ya que debía presentarse la documentación a partir de la cual la compañía pasaba a ser considerada de riesgo, y, por tanto, comportaba unas obligaciones en materia de seguridad superiores. Miasa ya había presentado algunos de los papeles. No obstante, la solicitud estaba en marcha cuando se produjo el incendio. En este caso, la sanción asciende a 75.000 euros.
El expediente está aún en fase de tramitación, de forma que la empresa aún puede presentar alegaciones, un procedimiento que quedó parado con la declaración del estado de alarma.
Por otro lado, el informe que han realizado los técnicos de este departamento concluye que no pueden determinarse las causas del incendio, ya que la nave quedó completamente calcinada.
El accidente en Miasa se declaró la madrugada del 7 de julio, cuando una gran columna de fuego puso en alerta a los vecinos de los barrios de Ponent y del centro de la ciudad de Tarragona. La presencia de aerosoles generó algunas explosiones, lo que hizo que algunas personas cogieran el coche para abandonar la zona. Desde el primer momento se activó el plan de emergencias químicas (Plaseqcat). Aquella noche tampoco sonaron las sirenas, ya que se detectó que en ningún momento existió un riesgo sobre la población. No obstante, el episodio generó incertidumbre entre los residentes y ponía de nuevo en aviso, tanto a la población como a la administración local, sobre la eficacia de los planes de seguridad. Sin embargo, los hechos quedaron eclipsados por la explosión de IQOXE, el pasado 14 de enero.