Susana Torres, dueña de una pequeña empresa de marketing, no para de hablar, de moverse de aquí para allá y a la vez mirar de reojo el móvil... Pero en medio de ese intenso ritmo cada semana dedica una tarde a un trabajo bien distinto: ser voluntaria de apoyo extraescolar en la Fundació Catalunya La Pedrera. Allí ayuda a hacer los deberes a niños y niñas de 7 a 12 años. «Aquí se me pasa el estrés, voy a otro ritmo, me río y he vuelto a hacer cosas que tenía olvidadas, como el pino puente», explica sonriente.
Lleva un año y medio realizando este trabajo solidario. «Era una tarea que siempre tuve en mente. Me gusta la idea de poder dedicar algo de mi tiempo a los demás y demostrar que las cosas se pueden hacer bien sin ninguna contraprestación. Aquí vengo motivada y con los cinco sentidos puestos».
Cargados de deberes
A pesar de que los chicos vienen cargados de deberes, el equipo lo primero que les deja claro es que allí todos los niños van voluntariamente. «Les explicamos que somos acompañantes educativas, que no vamos a ponerles nota ni a decirles a sus padres que no han estudiado».
A la actividad acuden chicos de diferentes estratos sociales, nacionalidades y edades. Hay contacto continuo con sus profesores de la escuela, que les cuentan dónde hace falta reforzar y les suelen comentar el cambio que dan los chicos. «Es muy satisfactorio ver cómo evolucionan esos niños que no tienen buena prensa en clase», apunta Susana.
«Detrás de un expediente académico que no funciona generalmente hay algo más que no funciona, desde problemas estructurales en la familia, económicos, o simplemente la llegada de un hermanito menor», relata.
Su trabajo se centra, sobre todo, en dedicar un rato a los niños, ayudarles a organizarse y hacerles confiar en ellos mismos. Explica que los pequeños tienen una jornada larguísima y pasan un montón de horas fuera de casa, igual que los padres que trabajan. Muchos no pueden ayudar a sus hijos ya no sólo por falta de tiempo, sino, incluso, de conocimientos de ciertas asignaturas.
Precisamente para reforzar la asignatura de inglés, Susana se encarga también del English Corner, donde los niños de todas las edades que van al centro social pueden practicar de manera lúdica esta lengua.
Este trabajo, explica, le ha hecho pensar en que «el apoyo familiar es fundamental, no sólo en los estudios, sino también en la conducta, en las relaciones con los compañeros...».
‘Tast social’ este viernes
Justamente con la idea de dar a conocer la labor de voluntarios como Susana, la Federació Catalana de Voluntariat Social (www.voluntaris.cat) organiza este viernes el Tast Social en colaboración con el Ayuntamiento de Tarragona. Será de las 10 a las 20 horas en la Rambla Nova.