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Los tarraconenses se comen 332 millones de ahorro en tres meses

Los depósitos en el banco sufren en 2023 el mayor descenso en seis años en la provincia. Las familias rompen la hucha por la inflación y el alza de la hipoteca. Las rentas bajas sufren más

22 agosto 2023 19:48 | Actualizado a 23 agosto 2023 20:00
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Tarragona le ha pegado un martillazo a la hucha y en apenas tres meses los ciudadanos se han comido 332 millones en ahorros. La cifra de los depósitos acumulados en la provincia era en marzo de 13.489 millones, la menor del último año, según el Banco de España. A finales de 2022 era de 13.821. La estadística muestra un claro cambio de tendencia. No solo se trata del ‘tijeretazo’ más grande al ahorro en los últimos años. También supone poner fin a una dinámica de acumulación de las familias que se acrecentó en la pandemia pero que ahora ha saltado por los aires por dos factores: la inflación y el alza de tipos.

El descenso de esos ahorros se sitúa en un 2,4% y es el mayor de los últimos años. En concreto, hay que retroceder a otoño de 2017 para ver un impacto mayor en el análisis por trimestres. En esta ocasión son los propios depósitos los que se están viendo mermados, como indica Antoni Cunyat, profesor colaborador de los estudios de Economía y Empresa de la UOC: «Una cosa es el ahorro de las familias, que puede estar en diversos productos, en depósitos o en otros más arriesgados, como la bolsa o los fondos de inversión. Durante la pandemia se vio que el ahorro familiar subió pero desde 2022 ya ha ido bajando, por los incrementos de los precios».

Tirar de ahorro líquido

«El ahorro familiar baja porque, al aumentar la inflación, está todo más caro, desde la gasolina a la cesta de la compra, y eso hace que la gente tenga que tirar del ahorro más líquido», cuenta Cunyat. Una de las explicaciones tiene que ver con el alza tan drástica en el último año de los tipos de interés y con lo que, en contraposición, ha sucedido con el dinero que está en el banco: «En cuanto a producto de ahorro, los depósitos no han visto subir su remuneración, sobre todo en la gran banca. Así que, debido a ello, parte de estos depósitos pueden estar yendo a otros productos financieros, buscando una mayor remuneración, como por ejemplo las Letras del Tesoro, que no ofrecen un riesgo demasiado elevado».

El ahorro sirve para pagar las cuotas o se destina a productos más atractivos que un depósito

Otra derivada cada vez más común es destinar ese remanente que en el banco apenas genera nada a sufragar hipoteca, y a quitarse de encima préstamo para evitar, en la medida de lo posible, el alza de las cuotas. «Financieramente es una buena idea dedicar el dinero a la hipoteca, al menos haciendo amortizaciones parciales, porque los incrementos de los tipos han sido espectaculares. Por lo tanto, estás obteniendo una mayor rentabilidad, ya que el dinero en el depósito pierde valor porque no está remunerado pero si lo destinas al préstamo, en realidad, vas a ahorrar», incide Cunyat.

No hay que olvidar, en toda esta mezcla de factores que pasa factura al bolsillo y a las huchas, el impacto que sigue ejerciendo la inflación, a pesar de que esté en niveles mucho más bajos que hace unos meses. «La gente tiene que tener claro que aunque la inflación bajara al 0%, que no lo hará, no quiere decir que vayamos a recuperar el poder adquisitivo. Significa simplemente que deja de subir, pero el ascenso acumulado se mantiene», comenta Cunyat, que analiza así en perspectiva: «Cuando hablamos de que la inflación ha bajado al 3%, queremos decir que no está subiendo al 10% como lo hacía hace un tiempo, y el deterioro del poder adquisitivo es menor, pero no quiere decir que estemos recuperando las condiciones de antes».

Perder poder adquisitivo

Por tanto, se sigue perdiendo capacidad económica, sobre todo en un contexto en el que los salarios crecen pero a menos ritmo. «Si, por ejemplo, el trabajador ha negociado una subida del 3% para 2023 pero viene de una inflación acumulada del 9 o el 10%, seguirá perdiendo poder adquisitivo. Con el mismo salario comprará menos productos o contratará menos servicios», aporta Cunyat.

Andrea Morales, editora Jefe del comparador financiero HelpMyCash.com, indica que «la inflación ha subido, aunque España ha logrado reducirla bastante, y eso ha provocado un encarecimiento del costo de la vida. Y si los salarios no han aumentado y el precio de las cosas se ha elevado, el resultado es una disminución de la capacidad de ahorro de las familias». La responsable de la plataforma agrega que «2020 y 2021 marcaron récord de ahorro, incluso 2022 fue un año que favoreció el ahorro».

«Aunque el IPC crezca un 3% y no un 10%, todo se sigue encareciendo. Hay subidas acumuladas», indica Antoni Cunyat, profesor de Economía en la UOC

Todo ello se ha acabado trasladando también a la vivienda. «La subida de los tipos incrementó el precio de las hipotecas variables, lo que ha provocado que muchos españoles hayan tenido que tirar de sus ahorros para poder enfrentarse al encarecimiento de sus cuotas», cuenta Morales, que añade: «Aunque en menor medida, muchos han movido sus ahorros a otro tipo de inversiones que les den rentabilidad».

Un informe del Banco de España analiza el impacto de la inflación y el aumento de tipos sobre las finanzas de las familias. Los que menos tienen son los que lo están pasando peor. «Los hogares con menor renta están en una peor situación relativa para afrontar el repunte de la inflación y, en el caso de los endeudados, el mayor coste de sus deudas», explica el informe del regulador.

Familias de rentas más bajas

De la misma forma, el estudio apunta que «las familias con deudas a tipo de interés variable (el 29%, con datos de 2020), y especialmente aquellas con rentas más bajas, habrían experimentado un deterioro en su capacidad de devolución de esta deuda o de hacer frente a otros gastos».

«Muchos han tirado de sus ahorros para enfrentarse al encarecimiento de sus hipotecas», diagnostica Andrea Morales, editora de la plataforma HelpMyCash

Las privaciones y los ajustes del cinturón están a la orden del día. Según estima el Banco de España, en el país hay alrededor de 770.000 familias que no son capaces de satisfacer sus necesidades esenciales durante más de un mes, ni siquiera tirando de sus ahorros. El 4,1% de los hogares estaría ahora en esta situación, frente al 3,4% que se registraba antes de la emergencia sanitaria. Esto implica que desde la pandemia hay 132.000 familias más en una situación de especial fragilidad. Se trata de hogares que, juntando sus rentas y los ahorros que tienen en su cuenta corriente, no alcanzan a cubrir sus gastos en alquiler, alimentación, suministros o el pago de su deuda durante más de un mes.

Desde el comparador HelpMyCash advierten que el último aumento de los tipos encarecerá las cuotas de las hipotecas variables que se vayan a revisar próximamente con el valor del euríbor de julio: su importe subirá, de media, en hasta 255 euros mensuales. Y es muy probable que el precio de estos préstamos siga creciendo en los próximos meses, pues las previsiones apuntan a que el índice continuará ligeramente al alza.

Ya se cancelan más hipotecas de las que se firman

La parte positiva es que el endeudamiento, igual que el ahorro, también se ha reducido. En marzo de 2023 el valor del crédito subía a 13.461 millones en Tarragona, un 2,5% menos en relación al mismo punto de 2022 (13.812), según el Banco de España. Una de las razones es que en la provincia se cancelan más hipotecas de las que se firman.

Los datos del INE de mayo son una prueba. En la provincia se firmaron 826 hipotecas de fincas y se cancelaron 1.032. También se ve esa tendencia cuando se habla exclusivamente de vivienda: se constituyeron 686 y se cancelaron más, 734. «Si tienes un depósito de 30.000 euros que no te genera ninguna ganancia, igual es buena opción destinarlo a la hipoteca», resume Antoni Cunyat.

Andrea Morales apunta que «muchos españoles están hipotecados a tipo variable y tras la dramática subida de tipos de interés por parte del BCE y el alza del euríbor vieron cómo sus cuotas se dispararon». De esta forma «quienes tenían ahorros han preferido utilizarlos para amortizar su préstamo y así evitar caer en impagos y protegerse de las futuras alzas a sus cuotas».

Ello se combina con una retracción del mercado. «Se constituyen menos hipotecas –sigue Morales– porque la subida de tipos ha encarecido la oferta hipotecaria y a la vez ha ralentizado la economía. Ahora las entidades tienen más precaución al momento de conceder créditos, ya que temen que los clientes caigan en demora. Sus requisitos se endurecen, lo que provoca que cierren el grifo de las hipotecas». La experta recalca que «no se puede olvidar que el mercado no ha bajado los precios de la vivienda», por lo tanto: «Precios más caros e hipotecas también más caras equivalen a que menos personas puedan acceder a la compra».

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