La cacería del radar que da la bienvenida a Catalunya continúa. Es una entrada poco amable por la provincia de Tarragona: un radar de tramo en la AP-7, entre Ulldecona y Amposta (Montsià), que controla la velocidad en la autopista entre los kilómetros 325,1 y 343,1. Son 18 kilómetros vigilados por cámaras que, si se cubren en menos de nueve minutos, comportarán una infracción por exceso de velocidad.
Es el detector más prolífico de la provincia y de toda Catalunya y, a la sazón, una auténtica gallina de los huevos de oro para la administración. Durante el año 2016 cazó 24.661 infracciones. Recaudó 1,6 millones, el 22% del total de 7,3 millones anuales recolectados por los radares en la provincia, según los datos del Servei Català de Trànsit.
La provincia tiene los detectores que más ‘cazan’ y los dos que más recaudan de catalunyaY eso que el número de sanciones en ese trazado por territorio ebrense especialmente controlado ha descendido respecto a 2015, cuando se registraron 33.518, un 40% más, todo ello según el informe de la entidad Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Tales cifras se explican por el elevadísimo tráfico que circula por esa vía, pero también por la escasa concienciación de los conductores. Falta acostumbrarse a la idea de radar por tramo, un recurso cada vez más extendido y utilizado por las administraciones.
La trampa del radar de tramo
De hecho, ahí puede estar la clave del descenso en el último año, en una mayor conciencia por parte de los conductores de que están ante una especie de trampa: el chófer ve el anuncio del comienzo del tramo con cinemómetro pero, al ser tan largo, suele pecar luego de cierto relax y se acaba olvidando de que discurre por un trazado monitorizado. «Influye que la gente sea cada vez más consciente de que allí existe un radar por tramo y tiene que andar con más ojo», indica Eusebi del Olmo, jefe del Servei Territorial de Trànsit en Tarragona.
Tres de los cuatro radares que más recaudan en la provincia están en las Terres de l’EbrePero no sólo ese detector hace su agosto. La provincia tiene tres radares en el ‘top ten’ de los que más multan en Catalunya y cuatro si la lista se amplía a 25.
Según AEA, los radares situados en las carreteras tarraconenses fueron los más activos en 2016, teniendo en cuenta el número de sanciones impuestas por cada artilugio. Así, cada uno de los 33 radares de la provincia impuso 4.336 multas, una proporción muy por encima del resto de demarcaciones. Los 66 cinemómetros de Barcelona sancionaron a 3.603 conductores, los 36 de Girona a 3.391 y los 35 de Lleida a 1.852.
La AP-7, lugar para hacer caja
Pero más allá del radar por tramo en las Terres de l’Ebre, ¿qué otros detectores ubicados en las comarcas tarraconenses cosechan?. La AP-7 se convierte en la vía más vigilada en busca del exceso de velocidad. El segundo radar más ‘multón’ de Tarragona (y el quinto de Catalunya) está emplazado en el kilómetro 294 de la AP-7, a su paso por L’Ametlla de Mar. Cazó a 18.946 conductores. Recaudó 926.680 euros, convirtiéndose en el segundo de Catalunya en dinero ‘cosechado’. Entre estos dos radares de la AP-7 concentran el 34% de la recaudación provincial.
Dejando a un lado Terres de l’Ebre, el aparato más ‘fecundo’ del Camp de Tarragona se halla en el término municipal de Reus. El artilugio, que ha ‘cobrado’ 744.180 euros en un año a 17.288 conductores, está localizado en el tramo de enlace entre la C-14 y la T-11, en un segmento de la antigua N-420 que hace pendiente y va en dirección Tarragona.
La cuarta posición es para un nuevo radar en la AP-7, esta vez en el kilómetro 337, a la altura de Ulldecona, y cuya actividad repercutió en el ingreso de 731.045 euros en las arcas públicas.
Los radares recaudaron en un año 7,3 millones y sancionarion cada día a 414 conductoresEn la quinta y la segunda posición aparecen dos radares en otra de las vías más concurridas de la provincia, la T-11, responsable de conectar entre sí los dos principales municipios, Tarragona con Reus. La actividad conjunta de ambos supuso ingresar más de 619.000 euros en forma de sanciones. Así, en el ‘top ten’ de los radares más sancionadores de la provincia, figuran tres en una autopista como la AP-7, clave en la infraestructura del territorio. Estas vías rápidas se han convertido en el lugar ideal para hacer caja.
Aproximadamente la mitad de las infracciones en Catalunya se captan en autopistas y autovías (49,4%). Según señala la entidad AEA en su informe, «el porcentaje de sanciones por exceso de velocidad impuestas en las autopistas de peaje catalanas (17,1%) quintuplica al de las impuestas en el resto de España (3,7%)».