A Antonio Jesús Cortés le quedan solo 19 días de contrato y un año de trabajo para terminar su tesis doctoral de bioquímica y biotecnología en la URV. Le preocupa que cuando acabe su contrato le tocará vivir del subsidio por desempleo con el agravante de que no es de Tarragona. A esto hay que sumar, apunta, que en septiembre tendrá que hacer frente a la matrícula del curso; unos quinientos euros.
El es uno de la cuarentena de investigadores predoctorales de la universidad que se manifestaron ayer en el Campus Catalunya al grito de: «no somos becarios, somos precarios». Jorge Soliz, secretario de Doctorands en lluita, explica que el tiempo promedio para acabar una tesis doctoral son 4,1 años, pero los contratos vigentes son de tres. «Esto obliga a los doctorandos a terminar las tesis cobrando el paro. Somos la mano de obra barata de la investigación».
Recientemente la universidad abrió una nueva convocatoria para investigadores predoctorales, que, ahora sí, contempla contratos por cuatro años. Lo que reclaman es que estas condiciones también se apliquen a los investigadores que ya tienen un contrato en vigor.
Los manifestantes aprovecharon para manifestarse el acto de entrega de los premios extraordinarios de grado y máster que se celebraba ayer y que contaba con la presencia del rector Josep Pallarès Marzal, quien se detuvo a hablar con ellos a la entrada.
Disponibilidad económica
Consultado al respecto, Pallarès Marzal explica que, cumpliendo lo que dijo en su campaña, los nuevos contratos son de cuatro años. En el caso de los que ahora están vigentes explica que cuando se firman los contratos se hace una reserva de crédito que en el caso del gobierno anterior de la universidad solo fue de tres años. Señaló que «en la medida que tengamos disponibilidad económica lo ampliaremos, pero es algo que por ahora no tiene una fecha». Lo que sí explicó es que la universidad ya les ha anunciado que se hará cargo de la matrícula del cuarto año de quienes ya no tengan contrato.
