La Generalitat de Catalunya y los alcaldes del Pacte d’Infraestructures cierran filas con el nuevo proyecto del tranvía del Camp de Tarragona. Esta propuesta recoge algunas de las observaciones que se introdujeron a partir de la fase de alegaciones del primer estudio informativo, que se daba a conocer en febrero del año pasado, fijando una hoja de ruta para que finalmente el proyecto pueda aterrizar. Y es que, según el calendario que ahora mismo hay encima de la mesa, el objetivo es que a partir de mediados del año que viene puedan empezarse las primera obras.
El secretario general de Infraestructures de la Generalitat, Ricard Font, daba a conocer los detalles de este proyecto que en una primera fase permitirá la conexión entre Cambrils, Salou y Vila-seca. En buena parte se utilizará la plataforma que quedó inutilizada cuando entró en funcionamiento la variante del Corredor del Mediterrani, que se completará con un nuevo ramal desde la estación de PortAventura a Vila-seca. Pese a ello, el nuevo tranvía no tendrá nada que ver con la infraestructura que se utilizó anteriormente –y que aún no ha acabado de desmantelarse– sino que se instalará un nuevo sistema de vías, con ancho internacional y que se alimentará con catenarias en las zonas interurbanas y sin catenarias en las urbanas
«Hoy fijamos la hoja de ruta y espero que en un par de meses se hará la presentación del proyecto». Son dos de las principales modificaciones respecto al estudio informativo inicial, en el que se apostaba por mantener el ancho ibérico. Esto comporta un cambio de filosofía respecto al primer proyecto, en el que se ha pasado a hablar de un tren-tram a un tranvía a secas «muy integrado y de poco impacto», según afirmó el secretario de Vicepresidència.
Ricard Font. Sec. general d’Infraestructures
Otro de los cambios que se ha tenido en cuenta es que finalmente se descarta la opción de utilizar la vía convencional de Adif, para enlazar Vila-seca con Tarragona y Reus. Este planteamiento había generado muchas dudas, sobre todo desde Tarragona, que se apostaba por la definición de un nuevo trazado independiente que no hipotecase el servicio delante de una posible saturación de esta línea, con los trenes de mercancías y pasajeros. Desde la Generalitat se ha tenido en consideración este planteamiento y, al respecto, Font argumentó que «el tranvía debe religar donde vive la gente». Hay un segundo elemento que ha sido determinante ya que, según explicó, «entrar en la línea de Adif condicionaba la operativa». Esto además facilitará que los nuevos convoyes sean «menos voluminosos» y de unas características similares a los que se están utilizando en otras ciudades europeas, ya que no estarán sujetos a los condicionantes de seguridad que implica el hecho de circular por una vía de interés general.
«La N-340 debe convertirse en un bulevard, más amable con el tranvía y el carril bici»A partir de estas consideraciones, la administración catalana daba a conocer el nuevo calendario para abordar la ejecución del proyecto. Ahora que se ha dado por finalizado el proceso de alegaciones se procederá a licitar el proyecto constructivo para la primera fase. Este deberá acabar de determinar la ubicación de las estaciones, que inicialmente se prevén que sean entre once y doce, además de apuntar todas las características sobre la integración urbana del trazado y de la zona de talleres, que se ubicará en el municipio de Vila-seca. Finalmente, también acabará de estudiarse si en esta primera fase se incluye la conexión con la nueva estación de Cambrils, que se está hablando entre el Ayuntamiento y el ACA para salvar la dificultad de la riera. Este análisis más detallado también permitirá concretar la inversión, que en estos momentos se sitúa alrededor de los 150 millones de euros. Según los cálculos, esta nueva fase se pondrá en marcha «en el transcurso de 2022», para que a mediados del año que viene puedan iniciarse definitivamente las obras.
Pau Ricomà. Alcalde de Tarragona
Segunda fase
En paralelo, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) –que será el operador encargado de gestionar la nueva infraestructura– también empezará con la licitación de los nuevos convoyes. De momento no se sabe cómo serán los futuros trenes y si utilizarán hidrógeno, electricidad o otra fuente de combustible. «Esto no depende de la Generalitat, sino del constructor que nos haga una buena oferta», sentenció el representante del Departament de Vicepresidència i de Polítiques Digitals i Territori. Font tampoco quiso pronosticar cuándo entrará en funcionamiento el nuevo servicio.
«La segunda fase nos hace pensar en una transformación de la antigua N-340 como un eje cívico para ir en bicicleta de forma segura»En cuanto a la segunda fase, que es la que deberá abordar la conexión con Tarragona y Reus la previsión es que a finales de este verano salga a licitación el estudio informativo para que puedan definirse los trazados definitivos y para que, tan pronto como acaben las obras de la primera fase, pueda procederse con esta segunda parte del proyecto. Font no quiso avanzarse sobre la propuesta que hacen los alcaldes, que pide una vía paralela a la N-340. «Lo pondremos en marcha entre septiembre y octubre, hablando primero con los Ayuntamientos para definir el trazado y, a partir de aquí, saldrá a información pública para que puedan presentarse las alegaciones», decía. Pese a ello, ahora mismo parece ser que esta sería la opción con más fuerza, ya que permitiría enlazar Tarragona con Vila-seca a través de los barrios de Ponent y La Canonja. Además de conectar con las dos principales ciudades del Camp de Tarragona, esta segunda fase también conectará con la futura estación intermodal del aeropuerto.
Pere Segura. Alcalde de Vila-seca
La implementación de este nuevo sistema de movilidad es una apuesta para la vertebración de los principales núcleos de población del ámbito central del Camp de Tarragona, que debe permitir incrementar la cuota de uso del transporte público, que ahora está por debajo del 20% y, por tanto, inferior a la media catalana. Según los primeros cálculos, el volumen de viajeros será de entre cuatro y diez millones de personas al año.
La propuesta de la Generalitat tuvo una muy buena acogida por parte de los alcaldes del Pacte d’Infraestructures, que ayer valoraban positivamente que se hubieran tenido en cuenta algunas de las observaciones aportadas en la fase de alegaciones. Pau Ricomà, alcalde de Tarragona, valoraba «muy satisfactoriamente» que finalmente se haya optado por un nuevo trazado para enlazar con Vila-seca. Ricomà defiendió que esta opción debe servir para «convertir la N-340 en un bulevard, más amable». Asimismo, valoró que «generará una gran intermodalidad», ya que conectará la estación urbana de autobuses con el tranvía, enlazando también con la futura estación intermodal de Vila-seca. Esta también es la que defiende La Canonja que considera que «es la vía natural».
«El trazado por la N-340 es la vía natural por la que deben pasar las cosas y debemos sacar las mercancías»Por su parte, el alcalde de Salou, Pere Granados, celebró que «se abandone la vieja idea de recuperar un trazado ferroviario obsoleto, que divide los pueblos, para tener una nueva línea más integrada, respetuosa con la ciudad y, por tanto más sostenible».
Roc Muñoz. Alcalde de La Canonja
Finalmente, la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó, valoró que «será un buen primer paso para integrar y vertebrar la movilidad del territorio, con este criterio de sostenibilidad ambiental». La representante de este ente supramunicipal también destacó que «se hayan tenido en cuenta las diferentes visiones» ya que es la fórmula para que «realmente los proyectos sigan adelante».