El traslado de la antigua CLH, ahora Exolum, es condición sine qua non para que Tarragona pueda articular un nuevo centro de ciudad en la zona del Francolí, de acuerdo con el futuro POUM que se está redactando. Pese a ello, las negociaciones entre el Ayuntamiento y la compañía de hidrocarburos están estancadas.
«Ahora mismo no hay avances», confirma el concejal de Urbanisme, Nacho García Latorre. Desde hace varios meses ambas partes han establecido conversaciones para abordar una solución a nivel técnico que allane el camino para este cambio de emplazamiento. De hecho, estas ya empezaron en el anterior mandato, teniendo en cuenta que la administración local ha priorizado el acuerdo, después que un recurso de la compañía acabó con la sentencia del Tribunal Supremo que anuló el plan general de 2013.
Pese a ello, ambas partes mantienen diferencias en cuanto a la parte económica de la operación. «Nos reclaman unos aprovechamientos urbanísticos en concepto de indemnización que no implican tan solo el traslado, sino la construcción de una nueva sede, más moderna y mejor preparada, de acuerdo con las expectativas de crecimiento de la compañía», explica García Latorre.
El gobierno municipal, asesorado por el interventor del Ayuntamiento y el equipo que está redactando el estudio económico del POUM, considera que no. Una cosa es la ‘indemnización’ en forma de aprovechamiento urbanístico que pueda sacar la antigua Campsa por el traslado, de acuerdo con las instalaciones que tiene en la actualidad. Sin embargo, otra cosa muy diferente son las necesidades que pueda tener la compañía para adaptar su modelo de negocio de acuerdo con los retos actuales y futuros del mercado.
«Esto no es nuestro problema», manifiesta el cuatro teniente de alcalde, quien defiende que el Ayuntamiento tan solo debe limitarse a «dar una solución para que lo que tienen ahora puedan trasladarlo a otra parte».
Tras la imposibilidad hallar un punto de encuentro satisfactoria entre ambas partes, desde la corporación municipal va a solicitarse una reunión a más alto nivel «para intentar desencallar la situación». Pese a ello, el gobierno municipal lo tiene muy claro: «Exolum tiene que irse sí o sí» y así lo recogerá el avance del plan que espera aprobarse inicialmente durante el primer semestre del año que viene.
En la Laboral
En lo que sí habría consenso es en lo que se refiere a la futura ubicación de las instalaciones, teniendo en cuenta que, por la actividad de la empresa, prevalece la proximidad con el Port de Tarragona y la conexión del rack.
Esto reduce las posibilidades, por lo que la alternativa del Campus Educatiu de Tarragona es la que prácticamente puede darse por hecha, teniendo en cuenta que tanto la Generalitat, como el Port de Tarragona y el Ayuntamiento, además de la empresa, la verían con buenos ojos.
Lo que ahora se está estudiando es cómo a nivel jurídico tiene que vincularse esta operación, teniendo en cuenta que las instalaciones de la antigua Laboral son propiedad de la Generalitat. Más pronto que tarde, la administración autonómica tendrá que abordarse este traslado, teniendo en cuenta que las instalaciones prácticamente han quedado engullidas, por el crecimiento del puerto y de la industria química que las rodea.
El avance del POUM que se está redactando prevé una reserva de suelo en el ámbito entre Campclar y Bonavista, para que pueda construirse el nuevo Complex Educatiu. Esto debe ser el primer paso para que el Port de Tarragona pueda quedarse con la antigua Laboral, abriendo la puerta a que los depósitos de la Exolum –que ahora están junto al Francolí– puedan instalarse en esta parte.
Cómo tiene que concretarse todo este rompecabezas es una cuestión que ahora se está estudiando,