La interrupción del servicio ferroviario entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders durante al menos cinco meses está generando una gran preocupación tanto a nivel de usuarios como de las altas instancias. Los Regionals del corredor sur son los que registraron más afluencia de usuarios en 2022, de acuerdo con el Observatorio del Ferrocarril, una masa de viajeros a la que tendrá que darse una solución de movilidad para este desplazamiento a Barcelona, que a diario realizan miles de personas para ir a la universidad o a trabajar.
El corte alterará por completo los servicios de la R-14, R-15, R-16 y R-17, que verán completamente interrumpida su circulación entre las estaciones de Tarragona y Sant Vicenç de Calders. La única línea que mantendrá sus servicios es la R-13, que enlaza Lleida con la capital catalana, a través de Valls. Por este motivo, una de las opciones que se está planteando es que algunos de los convoyes procedentes de Reus puedan utilizar esta salida, haciendo una maniobra en La Plana-Picamoixons.
Esta es una de las peticiones que hacen las plataformas de usuarios como Dignitat a les vies y la Associació per a la Promoció del Transport Públic (PTP), teniendo en cuenta que, aunque puede suponer un ligero incremento de tiempo, técnicamente es viable. «Parece que, independientemente de los autobuses, tienen previsto sumar un tren por hora a través de Picamoixons, ya que no es especialmente complicado», afirma el portavoz de la PTP en el Camp de Tarragona, Daniel Pi.
¿Y las mercancías?
El principal handicap es que si tan solo se mantiene esta conexión significa que además de los trenes de viajeros, mientras duren las obras también tendrán desviarse por este punto todos los convoyes de mercancías que actualmente pasan por el territorio.
Semanalmente circula un promedio de cuarenta convoyes de mercancías por delante de la ciudad de Tarragona, lo que limitará las opciones de los pasajeros, teniendo en cuenta que la capacidad de la infraestructura de la línea de Valls es de tres trenes por sentido y hora, por cuestiones de seguridad. ¿Quién tendrá prioridad?
Los usuarios defienden que las personas tengan prioridad y que se concentren las circulaciones de carga por la noche. Pero a la hora de la verdad son las mercancías las que habitualmente pasan por delante, ya que la infraestructura no está preparada con apartaderos en los que puedan esperar estos trenes. Hay un segundo elemento que suma preocupación. El pasado sábado se averió un convoy de mercancías del operador Captrain entre Riudecanyes y Pradell de la Teixeta. Una segunda locomotora se desplazó hasta el lugar de los hechos para remolcarlo y también se averió, lo que hizo que durante más de tres horas la R-15 estuviera fuera de servicio.
No era la primera vez. De hecho, el sábado anterior también se había registrado una incidencia en este mismo punto y este martes se registró una tercera incidencia en menos de un mes. «Los problemas habitualmente son en el tramo a partir de Reus, en dirección Móra, ya que es una línea con muchas subidas y una infraestructura feta caldo, pero está claro que hay un problema muy grande de fiabilidad», indica Pi.
Obras en las estaciones
El segundo punto ‘caliente’ se prevé que sea la estación de Sant Vicenç de Calders. La terminal del Baix Penedès ejercerá de rótula entre el área de Barcelona y las comarcas tarraconenses, por lo que todos los transbordos pasarán necesariamente por aquí. La situación puede ser complicada, teniendo en cuenta que en paralelo a las obras del túnel de Roda de Berà también se trabajará en las estaciones de Tarragona, Altafulla y Sant Vicenç de Calders. En los dos primeros casos no hay demasiada preocupación, ya que por Altafulla no pasarán trenes y en el caso de Tarragona tan solo en dirección Reus.
Por su parte, Sant Vicenç tan solo mantendrá operativas algunas vías en dirección Barcelona en un momento de máxima tensión en la red, lo que algunas voces consideran que comportará «todavía más estrés para los viajeros, reduciendo la capacidad de reacción en el caso de que se registre cualquier incidencia». Pi defiende que se hayan acompasado los trabajos. «Inicialmente quería arreglarse primero el túnel y después las estaciones, y seguramente la única buena idea de todo esto ha sido: ya que lo hacemos, lo hacemos todo de golpe», afirma.
En todo caso, serán unos meses intensos de obras en todo este corredor que todavía no tienen un calendario fijado para el inicio, a pesar de que algunos documentos internos sitúan esta fecha de cara a finales de septiembre hasta inicios del mes de marzo.
Una de las ventajas es que cuando finalice todo este vía crucis se espera que no haya nuevas obras sobre este tramo hasta Barcelona y que la infraestructura quede en unas «mejores condiciones» que ahora. Cuestión aparte es que todas estas afectaciones vienen por la instalación del tercer carril en este tramo desde Tarragona a Castellbisbal, que tan solo beneficiará las mercancías.