Las enfermeras del Col·legi d’Infermeria de Tarragona (CODITA) alertan de que cada día en España se suicidan 11 personas, es decir, hay una muerte cada 2 horas y cuarto. A nivel mundial, 703.000 personas se suicidan cada año, lo que supone una muerte cada 40 segundos.
En 2022 en España se produjeron 4.227 muertes por suicidios. Un 74% fueron varones (3.126) y un 26% mujeres (1.101). La franja de edad en la que más muertes se produjeron es entre los cuarenta al cincuenta y nueve años, con un total de 1.748 suicidios. Estas muertes producidas en 2022 representan un 5,6% más que las del año anterior. Igualmente se observa un incremento del 4,8% en los suicidios entre los hombres y un 7,8% más de suicidio en mujeres.
Disminución en Tarragona
De los datos destaca el incremento de suicidios en Catalunya, pero una disminución en Tarragona. Así, en el 2022 en Catalunya murieron 607 personas suicidadas frente a las 576 del 2021. A pesar de este incremento, en Tarragona, como en el resto de provincias, excepto Barcelona, los suicidios este 2022 retrocedieron. Concretamente, en Tarragona en 2022 se suicidaron 71 personas (53 eran hombres y 18 mujeres), mientras que en 2021 fueron un total de 76 personas (59 hombres y 17 mujeres).
Catalunya fue en 2022 la segunda comunidad autónoma española donde más suicidios se produjeron, por detrás de Andalucía. De hecho, en España el suicidio es la primera causa de fallecimiento entre los jóvenes de 15 a 29 años.
La doctora Georgina Casanova, enfermera de CODITA, experta en salud mental y suicidio, y subdirectora del Campus Terres de l’ebre de la Universitat Rovira i Virgili, considera que «el suicidio supone casi el triple de muertes que por accidentes de tráfico, 13 veces más muertos que por homicidios, 90 veces más muertos que por la violencia de género».
Casanova señala que existen diferentes factores, tanto a nivel individual como comunitario que predisponen al suicidio. «En el ámbito individual tenemos como factores la edad, el sexo, antecedentes de una enfermedad mental importante, antecedentes de intentos anteriores, estrés y eventos vitales, antecedentes familiares y la salud física.
Asimismo, también hay factores a escala comunitaria como: desastres naturales, guerras, estrés por desplazamiento y aculturación, discriminación, acceso a medios letales, estigma o barreras para obtener acceso a la atención a la salud».
Igualmente, explica que «hay factores protectores como las relaciones personales sólidas, las creencias religiosas o espirituales, estrategias de afrontamiento, hábitos de vida saludables, existencia de un proyecto de vida o la autoestima».
Para Georgina Casanovas, «el suicidio sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad». Por eso, concluye que «es necesario que nosotros, como profesionales sanitarios, tengamos la responsabilidad y las herramientas para conseguir que se hable de ello y como consecuencia se destinen los recursos necesarios para poder prevenir lo máximo posible esta forma de muerte».