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La mitad de pymes de Tarragona, en riesgo de entrar en pérdidas

Una de cada cuatro empresas en la provincia ya tiene un balance negativo por el impacto de la energía

06 octubre 2022 21:08 | Actualizado a 07 octubre 2022 07:00
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Gerard y Ramon Griñó, hermanos al frente del horno Cal Tullet, en L’Espluga de Francolí, no pueden contratar a nadie para que les ayude en su trabajo, como era habitual. «Ahora nosotros hacemos más horas, le dedicamos más tiempo», indica Gerard. La harina les subió siete veces el año pasado. Pagan 1.000 euros más de electricidad. «El café nos ha subido un 10%. Cualquier cosa que mires se ha encarecido, las bolsas de papel, las de plástico, el cartonaje...», cuenta Gerard.

Han subido el pan dos veces y barajan hacerlo otra vez. «Hay que diversificar para sobrevivir, tenemos una granja y hacemos bocadillos y cafés. Suerte de eso, que nos permite ir tirando, pero si fuera solo por el pan no nos saldrían las cuentas». Es solo un ejemplo de una pequeña empresa al límite por los precios de la energía.

Nueve de cada diez empresas valoran su gasto energético como «alto» o «excesivo». Un 12% verá su actividad comprometida en el futuro

Una reciente encuesta de Pimec radiografía la situación extrema que vive buena parte del tejido empresarial tarraconense. La mitad de las pymes de la provincia están en riesgo de entrar en pérdidas. De ellas, un 25%, es decir una de cada cuatro, ya están en esa situación deficitaria.

Partiendo de que el balance de resultados e ingresos en las pymes se ubica en el 6,3%, hay una cuarta parte de las empresas cuyo gasto energético sobre los ingresos es del 8,8% o más; en consecuencia, son empresas que ya están directamente perdiendo. En 2021 el dato era del 4% y, por tanto, se ha doblado. Otro cuarto de las firmas está en un margen de 4,5% y, por tanto se sitúa en esa franja con riesgo de incurrir en pérdidas.

La iluminación led y las placas solares son las medidas más comunes para ahorrar en la luz

Otro establecimiento, y además histórico, en apuros, es la Pastisseria Conde, en la calle Comte de Rius de Tarragona. «Yo no estoy en pérdidas pero casi. Han cerrado bastantes empresas de mi sector y también varias panaderías de pueblos pequeños. Yo habría bajado la persiana si no fuera por la memoria de mi padre –Josep Gonzàlez, fundador del Gremi d’Artesans Pastissers de les comarques de Tarragona, fallecido en 2021 a los 89 años–», cuenta Josep Gonzàlez hijo, que ahora es también presidente del gremio.

Apagar contenedores

Ha tenido que darle al ‘off’ a un gran congelador de productos que servía para agilizar el trabajo y ahora reparte el género en compartimentos más pequeños para ahorrar. «Para nosotros la refrigeración es fundamental y el gasto es enorme», explica. Su factura de la luz se ha duplicado, a pesar de una inversión de más de 3.000 euros que hizo para usar energía reactiva y a la larga poder ahorrar.

Nada de eso ha servido demasiado. «Ahora pago 1.500 euros. Con la reducción conseguí bajar a 600 euros pero a finales del año pasado la tarifa era de 2.100 euros», cuenta el pastelero. Cualquier materia prima que se analice se ha disparado. «Una garrafa de aceite me ha costado ahora 50 euros más que hace dos meses. Y el azúcar, en lugar de pagarlo a 90 céntimos está a 1,30», explica.

La duda es saber si tendrá que subir precios de nuevo. «No lo quiero hacer. Pero incluso los clientes me dicen que lo haga para sobrevivir, que lo tengo demasiado barato», dice Josep, que vaticina: «Si las políticas respecto a la energía no cambian, vamos a ver muchos negocios cerrados».

«No estoy en pérdidas pero casi y me he planteado cerrar. Solo sigo por la memoria de mi padre», lamenta Josep Gonzàlez, dueño de la Pastisseria Conde

Pimec ha dado la voz de alarma. El presidente, Antoni Cañete, ha pedido la «intervención inmediata del mercado energético para no poner en riesgo la viabilidad del 50% de las pequeñas y medianas empresas». El 91,7% de las compañías valoran su dispendio energético como «alto» o «excesivo».

La tendencia ascendente del gas o la luz ahogará aún más a estos establecimientos. Un 12% verá su actividad comprometida (en Catalunya un 25%) y un 38% admite que les afectará de forma «preocupante». Solo un 8% reconocen que no tendrán ningún efecto.

Ante el encarecimiento de toda la cadena de producción, desde hace meses la disyuntiva es si trasladar o no esos incrementos al producto o servicio final. El 42,3% de empresas repercute la energía en el producto, lo que al fin y al cabo es un aumento del IPC.

Hay un 19,2% que no lo ven necesario pero lo más llamativo es que un 38,5%, es decir, cuatro de cada diez, no lo hacen por la condiciones del mercado. Es decir, porque hacerlo sería contraproducente y pondría más en entredicho la supervivencia del negocio. Ante esta situación, casi nueve de cada diez han aplicado alguna medida para reducir el gasto. El 91% han instalado LED y un 41% ha puesto placas fotovoltaicas para el autoconsumo. Un 27% ha optado por ampliar algún aislamiento térmico en ventanas o tejados del edificio. Estos agentes económicos han hecho de la necesidad virtud. Cañete ha dicho que «de la misma manera en que la pandemia aceleró la transformación digital de las pymes, constatamos ahora la apuesta decidida por la transición energética».

El 42,3% de las compañías tarraconenses consultadas repercuten el alza de la energía en el producto final, ya sea mucho o poco

La situación, más allá de los agobios económicos, es de enojo. «La situación es muy grave y crítica, insostenible. Hay riesgo de cerrar puertas y peligran puestos de trabajo», dice Florenci Nieto, presidente de Pimec Comerç Tarragona. El 90% de los consultados creen que la respuesta de la administración no ha sido efectiva. Denuncian una baja capilaridad del acceso a ayudas (desconocimiento, limitación presupuestaria, desajuste entre convocatoria y demanda), además de demoras.

Para encender más los ánimos, se añade la inclusión en los recibos del concepto ‘Coste límite del gas RDL 10/2022’. Se trata del llamado tope al gas, un mecanismo que debe abaratar las facturas pero que, de entrada, se ha reflejado como un cargo más. El 43,5% de empresas han recibido la factura con ese extra. Pimec señala «graves deficiencias» en la comunicación de la medida por parte del Gobierno y también de las comercializadoras. Los asociados se quejan de que no ha habido información de cómo la aplicación de la excepción ibérica ha originado un nuevo concepto en la factura.

Y las expectativas no son demasiado halagüeñas, puesto que el pesimismo lleva tiempo instalado. Un cuarto de las empresas tarraconenses consideran que el aumento seguirá y aún se duplicará.

La amenaza de Asia

La logística, sujeta a los vaivenes globales, tampoco ayudará. La patronal sostiene que la «lenta y progresiva recuperación de los envíos por mar normalizará el transporte y hará caer los precios a niveles anteriores a los de la primavera de 2021». Eso no es un alivio, porque si los costes de la energía en Europa siguen en la dinámica actual, las empresas no podrían competir con los productos fabricados en otras regiones del mundo. La competencia asiática será, pues, una amenaza.

La radiografía sirve a Pimec para hacer propuestas. Reclama a la UE que «actúe de forma urgente» devolviendo «la racionalidad a los mercados energéticos, sacándolos de la especulación». La patronal pide «una intervención decisiva y valiente del regulador».

«Que el precio del gas internacional vaya a 40 euros/MWh y el del mercado en Europa sea de más de 200 no tiene nada de libre mercado con competencia. Que las tecnologías ajenas al gas y al carbón tengan costes de 50 y 60 euros/MWh no permite entender que el precio de estas tecnologías llegue a 200, como pasó en agosto», denuncia Pimec.

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