En un tramo de la Rambla Nova –el que va de la calle Fortuny a la calle Canyelles– hay cuatro locales comerciales y tres de ellos son panaderías franquiciadas. En el entorno del Hospital Joan XXIII más de lo mismo: cuatro panaderías-cafeterías en un espacio de apenas 50 metros cuadrados.
La imagen se reproduce en otros puntos de la ciudad, como la Rambla Vella, la Plaça Corsini o la calle Pere Martell. La fiebre por las panaderías franquiciadas ha llegado a Tarragona.
Nombres como Tradicionarius, Granier, Panet, Santagloria, Vivari o Panishop han irrumpido con fuerza en nuestras vidas. Y, desde hoy, podemos añadir otra más: 365. Es la nueva ‘fleca’ que abrirá puertas esta mañana en la Rambla Nova de Tarragona, justo entre un Panet y un Granier, donde hasta hace unos meses había una Fleca Flaqué.

Según la Associación de Franquicias de Catalunya, hay un total de 11 franquicias de pan. En la mayoría de ellas hay un fondo de inversión detrás. Barcelona es sin duda la cuna de todas ellas. Pero Tarragona ya está despuntando también con la llegada del Santagloria –en la Rambla Nova, al lado del Teatre Tarragona–, el Vivari, –en la Rambla Vella– y, ahora con el 365.
Este último, que abrirá esta mañana, fue fundada en el año 2000 por Emilia Castro y Juan Antonio Tena, y tiene más de 150 tiendas repartidas por Barcelona y su entorno. Un autentico gigante que aterriza ahora en Tarragona.
La proliferación de este tipo de franquicias ha cambiado las dinámicas de las ciudades. De la nuestra también. Ahora quedamos en la Granier o en el Panet, mientras antes, los tarraconenses quedaban en la Leman o en el Arimany. No sé yo si hemos ganado mucho...
Estas tiendas han encontrado en el pan un reclamo para que los clientes entren y consuman lo que realmente les da beneficios: los cafés y otras bebidas.
Tensión
La llegada en masa de estas franquicias ha generado cierta tensión con los hornos de pan tradicionales, con los pasteleros artesanos, y también con los bares y restaurantes, quienes les acusan de competencia desleal. «Este tipo de tiendas busca vender mucha cantidad, sin importar la calidad. Sirven pan congelado, sin las horas de fermentación que son necesarias», explica Josep González Catalán, propietario de la Pastisseria Conde, quien asegura que la proliferación de estas franquicias perjudica mucho a los negocios tradicionales, de toda la vida.
«Hay gente que piensa que comprar más barato mejorará su economía. Pero lo que no saben es que al final les acabará afectando a la salud», explica González, quien opina que una de las soluciones sería que la administración organizará más cursos sobre nutrición entre los jóvenes.
La realidad es que son muy pocas las pastelerías que quedan en Tarragona. Encontramos algunas de toda la vida, como la Conde, la Trill y el Mon Pastisser de Sant Pere i Sant Pau. Otras más recientes, como la Velvet o Cal Jan. De hornos que hagan pan todavía quedan menos. Tenemos el Forn Andreu o el Cisne.
¿Qué pasa con las Flecas Flaqué?
La semana pasada, Tarragona amanecía con muchas de las Flecas Flaqué de la ciudad cerradas. La de la Plaça Corsini, la de la Rambla Vella y la de la calle Higini Anglès han bajado la persiana. Por el momento, se mantiene abierta la de la Rambla President Lluís Companys y el obrador y sede del polígono industrial Riu Clar.
El Diari ha podido hablar con el propietario de la empresa, Pere Flaqué, quien explica que las tiendas han cerrado por «vacaciones y por falta de personal», y no deja claro si volverán a abrir en un futuro.