Las ramificaciones del polémico caso Mercurio de Sabadell, que este año llegará a juicio tras detectarse presuntas irregularidades en la adjudicación del contrato de la basura de la cocapital del Vallès Occidental en 2012, llegan hasta Tarragona. Según ha podido saber el Diari, el pleno municipal rechazará este próximo viernes la única alegación presentada contra la primera parte del futuro nuevo contrato de la basura –la estructura de costes–, que ha sido presentada por la empresa implicada en la posible conjura político-empresarial de hace una década en la localidad barcelonesa gobernada por el PSC: Smatsa.
Las fuentes consultadas por este periódico indican que las cuestiones registradas por la firma que, presuntamente, habría sido favorecida por el exalcalde sabadellense Manuel Bustos (PSC) para adjudicarse el concurso de la basura, son «cuestiones muy menores» que, sin embargo, han ocasionado un retraso de un mes y medio en la tramitación administrativa del expediente. Esto ha provocado que, a día de hoy, el timing para poder sacar a concurso público el mayor contrato municipal antes de acabar el actual mandato vaya al límite. De hecho, en el informe que acompaña el expediente, el viceinterventor general del Ayuntamiento pide que las dos quejas presentadas por la compañía sean «desestimadas» en el pleno municipal de este próximo viernes.
La primera alegación se refiere pedir una mayor claridad en la fecha de revisión de precios, mientras que la segunda solicita más concreciones en la fórmula de actualización. En ambos casos, el análisis del alto funcionario de la Plaça de la Font es contundente al solicitar que los grupos municipales voten «no» pasado mañana para que, de esta forma, el proceso pueda pasar a la Generalitat.
FCC no alega
Se da la circunstancia de que, pese a la polémica de las últimas semanas entre el gobierno municipal (ERC-Junts per Tarragona-CUP) y la empresa gestora del servicio de la basura –FCC–, la reclamación de Smatsa es la única que se ha presentado contra la estructura de costes aprobada por el Saló de Plens el pasado 27 de enero. De hecho, el comité de empresa de la basura amenazó el pasado 16 de febrero con llevar a cabo una huelga durante los días fuertes de Semana Santa, al considerar que, con los números previstos en la primera parte del contrato, los trabajadores perderían «un 30% de su poder adquisitivo» porque la propuesta de licitación bajaba el gasto en personal «entre 400.000 y 1,5 millones de euros» anuales.
Pese a ello, FCC –que este lunes desconvocó la acción– no ha registrado ninguna alegación, sino que únicamente lo ha hecho la compañía vinculada al caso de presuntas irregularidades en el Ayuntamiento del Vallès Occidental, y por el que la jueza investiga al exalcalde socialista Manuel Bustos; al exconcejal del PSC Paco Bustos (hermano del exalcalde); a dos dirigentes de Smatsa; y a tres funcionarios del consistorio sabadellense. La jueza los ha enviado a juicio para valorar si habrían podido cometer presuntos delitos de prevaricación, tráfico de influencias, soborno, falsedad documental, infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos, blanqueo de capitales y delito electoral. La sospecha es que los dirigentes de Smatsa habrían obtenido información privilegiada e influido y apartado a funcionarios de los equipos de redacción de los pliegos y del tribunal del concurso, a cambio de financiar gastos electorales de la campaña del candidato socialista en las municipales de 2011.
Las fuentes consultadas por este periódico indican que, tras recibir la alegación, el ejecutivo de la Plaça de la Font intentó reunirse con Smatsa para abordar sus alegaciones. De esta forma, el objetivo era incluir a esta compañía en la ronda de contactos que se llevaron a cabo con las empresas del sector para atar mejor las condiciones de la futura licitación y evitar, de esta forma, que el concurso volviera a quedar desierto, como sucedió en otoño. La sorpresa, sin embargo, fue que pese a que Smatsa fue la única firma que presentó alegaciones, «esta no mostró ningún interés en reunirse», revelan las fuentes consultadas. ¿Por qué presentó la alegación, pues, esta compañía?
«Dilatar los tempos»
La sorprendente alegación de la empresa vinculada al caso Mercurio se suma a la reciente polémica del audio en el que el presidente del comité de empresa de la basura pide a los trabajadores que voten al candidato del PSC, Rubén Viñuales, en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo.
Sobre todo ello, los representantes de los partidos del ejecutivo local se muestran contundentes. «Las evidencias de presunta conjura entre determinados intereses y el PSC crecen, pero el gobierno de Tarragona debe estar por encima de todo esto», afirma el portavoz municipal de ERC, Xavier Puig, quien enfatiza que «urge fer net y apostar fuerte por el nuevo contrato, que debe permitirnos tener una ciudad más limpia, en todos los sentidos».
Por su parte, Eva Miguel (CUP) critica que «el negocio de la basura huele mal, y estas alegaciones son una muestra más», recalcando que «la empresa vinculada al Caso Mercurio presenta alegaciones con una clara estrategia de dilatar los tempos».
Asimismo, Elvira Vidal (Junts per Tarragona) denuncia que la posible huelga «era preventiva y politizada», destacando que la estructura de costes «garantiza las condiciones económicas de los trabajadores», mientras que Àngels Pérez (En Comú Podem) añade que «no deja de sorprendernos que la única alegación sea de una empresa relacionada con una macro trama de corrupción».
Por su parte, PSC declinó ayer la petición del Diari para valorar las alegaciones de Smatsa. Pese a ello, la portavoz socialista, Sandra Ramos, declaró durante la tertulia política de Tarragona Ràdio que la principal formación del Saló de Plens «ni tenía nada que ver ni ha influido en la posible huelga de los trabajadores de la basura». Finalmente, Lorena de la Fuente (Cs) considera que la empresa Smatsa «no tiene razón en sus alegaciones», y destacó que «a diferencia del PSC y de otros partidos, Ciutadans no tiene casos de corrupción en sus filas». La basura se está erigiendo en el principal motor de la precampaña electoral más subida de tono de los últimos años en la Plaça de la Font.