La Diputació de Tarragona se ha marcado el objetivo de reducir en 2030 un 25% el gasto energético de sus edificios en toda la demarcación y reducir, asimismo, en un 55% las emisiones de CO2 anuales (727 toneladas), lo que equivale a retirar de la circulación unos 485 coches al año.
Para ello, ya está ejecutando el Pla Director d’Eficiència Energètica 2023-2030, que incluye la implantación de un nuevo modelo de producción y autoconsumo energético, basado en cuatro redes territoriales de autoconsumo: Tarragona, Reus, Tortosa y Valls.
En la Tarraco Arena, de hecho, se están instalando 288 placas fotovoltaicas flexibles, que servirán para abastecer de energía al Edifici Síntesi de Pere Martell –donde se prevé reducir el consumo energético en un 15%– así como el inmueble de la Plaça Imperial Tarraco.
Esta es una de las actuaciones que se incluye en el nuevo plan, dotado con 7,7 millones de euros hasta 2030 y que incluye también inversiones en el mantenimiento y mejora de los cierres y aislamientos de los edificios para hacerlos más eficientes, así como la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos.
«Es una muestra más de que la Diputació es una institución comprometida con la adaptación al cambio climático y la sostenibilidad, no solo con la de los pueblos y ciudades de la demarcación, a los que ofrecemos servicios, sino que también actuamos de forma responsable y exigente con nuestras propias instalaciones», indicó ayer la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó (ERC).
44 toneladas menos de CO2
Hasta el momento, se han impulsado proyectos por valor de 1,1 millones. Con ello, la reducción de emisiones alcanzará en marzo las 344 toneladas de CO2. «Hemos priorizado las actuaciones con una mejor resultado en eficiencia energética», afirmó la presidenta del ente provincial.
Algunas de las primeras actuaciones son, por ejemplo, la instalación de placas fotovoltaicas en el Arxiu General de la Diputació o la instalación de placas solares en el CEE Sant Rafael.
Por otra parte, en el Centre Boca de la Mina de Reus se ha cambiado el alumbrado exterior y se instalan placas solares para abastecer de energía al CEE Alba y la oficina de BASE. Estas actuaciones se suman a la instalación de la caldera de biomasa que tiene el centro de innovación y formación en Reus.
Noemí Llauradó recordó que la reforma que, en 2020, se llevó a cabo en la Mina «ya se hizo siguiendo criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. De hecho, el edificio pasó de tener una calificación energética F a ser un edificio de consumo de energía casi nula», detalló la presidenta.
El plan energético continuará desplegándose este año. Actualmente se están terminando los proyectos de las naves de las brigadas de carreteras de la Diputació en Reus, Tortosa y Valls, donde se reformarán las cubiertas, en las que se prevé colocar también un sistema de placas fotovoltaicas.