La Av. Catalunya envejece y L'Arrabassada rejuvenece, según el padrón de TGN

La ciudad comienza a tener barrios ‘especializados’ en mayores o en familias con hijos pequeños. Mientras, el envejecimiento sigue: mueren más personas que las que nacen

30 enero 2022 05:40 | Actualizado a 30 enero 2022 14:48
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Es mediodía y no queda un hueco en los bancos ubicados frente a la URV en la Avinguda Catalunya. No obstante, si se mira con detenimiento, entre los congregados no hay ni un solo universitario a juzgar por la avanzada edad de los que están al sol. Se ven andadores, sillas de ruedas, bastones... Dos cuidadoras que acompañan a dos señoras cuentan que «esto es así cada día» y que siempre se encuentran a alguien. Una de las señoras apunta que «estos bancos están muy bien, nos gustan más que los de la Rambla, que son más bajos».

La escena viene a cuento porque justo al otro lado de la avenida se encuentra la manzana donde vive la mayor proporción de personas mayores de toda la ciudad. En la sección censal comprendida entre la propia avenida, la calle Marquès de Montoliu, Mossen Salvador Ritort i Faus y Santa Joaquima de Vedruna, un 34,65% de los que allí viven tiene más de 65 años. Es casi el doble de la media de la ciudad, donde el 17,7% de los empadronados tiene esa edad.

Un mapa de la ciudad por edad

Este es uno de los detalles que pueden conocerse gracias al Geoportal del Ayuntamiento de Tarragona (mapes.tarragona.cat), que se va actualizando en base a los datos del padrón municipal. Una de las peculiaridades es que se puede consultar no solo los distritos, sino también las secciones censales, con lo cual puede recorrerse prácticamente manzana por manzana.

En el caso de los mayores de 65 el mapa arroja que la proporción es especialmente alta en la Rambla Nova y alrededores, Ramón y Cajal, Pere Martell y la calle Mallorca. Hay, además, alguna ‘isla’ que llama la atención en la calle Sant Benilde de Torreforta o en la parte más antigua de Sant Pere i Sant Pau. Además, pese a lo que podría presuponerse, la Part Alta no tiene un numero de población mayor especialmente alto. Como referencia, por ejemplo, en la zona de la Plaça de la Font el porcentaje de mayores empadronados es solo del 12,58%; menos que la media.

Ascensores y vecinos

Pero regresando a la manzana con más mayores preguntamos a una pareja de vecinos, también mayores, a qué creen que se debe esta concentración. Nos cuentan que, en general, las casas están bien adaptadas. Incluso el emblemático edificio que hace esquina, entre Marquès de Montoliu y la Avinguda Catalunya, que es un poco más antiguo (conocido como las casa de los militares) tiene ascensor. Se trata, además, de una zona céntrica, cerca de todos los servicios; tranquila, con aceras amplias «y tenemos vecinos de toda la vida que conocemos desde hace más de cuarenta años».

En la manzana contigua justamente se encuentra la Llar Municipal de Jubilats i Pensionistes Tàrraco. Su presidente, Jacinto Picó, no se sorprende con los datos; a la llar van muchos mayores y para algunos es el único sitio donde socializar.

La zona, señala, no está mal, pero considera que debería haber facilidades para aparcar para los mayores de ochenta años, así como hacer más entendibles lo parquímetros «pasa como con los cajeros automáticos de los bancos, que a los mayores nos cuesta y a veces tienes que depender de otro para que te ayude».

Paradójicamente, pese a ser la zona con más proporción de mayores empadronados, esta manzana limita con dos polos de juventud: por el frente con la universidad y por detrás con el colegio Vedruna Sagrat Cor.

La Vall de l’embarassada

Pero si lo que se mira son las secciones donde se concentra la mayor proporción de niños el mapa arroja una zona que destaca, la ubicada en torno al parque de l’Arrabassada, rebautizado en los últimos años como la Vall de l’embarassada.

En las manzanas comprendidas entre el parque y la calle Josep Vicenç Foix el 26,24% de los empadronados tiene menos de 15 años, once puntos más que en el conjunto de la ciudad donde representan el 15,09%.

La hora del vermut de cualquier fin de semana en este parque es un bullir de gente y la competencia por los columpios arrecia.

Víctor, por ejemplo, es padre separado de dos niños de ocho y cinco años de quienes tiene la custodia compartida. Se ha mudado dentro de la misma zona porque le gusta estar cerca del mar y porque hay «cierta vida de barrio», con todos los servicios, desde supermercados a peluquería para los niños. Entre lo que echa de menos está tener más frecuencias de autobús.

Otros padres refieren motivos similares para apostar por la zona como la madre de un niño de seis años que se mudó allí especialmente por el niño hace un año y está «encantada». En su caso lo que echa en falta son más sitios de ocio. En la consulta algunas familias también lamentan no tener «una piscina o polideportivo municipal como cualquier otro barrio».

La gran reivindicación de las familias, no obstante, es contar con una sede fija para la escuela y un instituto, ya que en el barrio no hay. Arianna Ciurana, presidenta del Ampa de la Escola l’Arrabassada, no obstante está esperanzada en que en el curso que viene por fin se acaben las obras de la nueva escuela y los alumnos que ahora están en sexto sean los primeros en quedarse a estudiar en el barrio.

Aunque esta zona se lleva la palma en cuanto a proporción de niños y adolescentes, no hay que perder de vista que también hay una importante concentración en Bonavista, la avinguda Països Catalans, Sant Salvador, y en la avenida Vidal i Barraquer en la zona de edificios nuevos, cerca de la Tabacalera.

Pero, más allá de los barrios que concentran a niños y mayores, lo que los datos dejan en evidencia es que la población de la ciudad sigue envejeciendo.

Un dato significativo lo publica el ayuntamiento en su portal de Dades Obertes con la información general del padrón municipal con sexo, edad y zona de residencia. Gracias a ello se puede constatar como en la ciudad hay empadronadas 55 personas mayores de 100 años. La mayor, según los datos, es una mujer de 109 años que vive en la zona Eixample.

Una pirámide que envejece

Si se mira la pirámide poblacional del municipio lo más destacado es que está engrosada en el medio: la franja más numerosa es la de personas de entre 40 y 44 años.

El año pasado, además, el municipio perdió población, en concreto 1.060 habitantes respecto al año 2020. En total, según datos del Institut d’Estadística de Catalunya, Idescat, el año pasado había empadronadas en la ciudad 135.436 personas (69.320 mujeres y 66.116 hombres), un 0,77% menos que el año anterior.

Ya en 2020, en pleno apogeo de la pandemia de Covid-19, murieron en la ciudad más personas (1.222) que las que nacieron (1.052).

Además la edad de la maternidad ha continuado retrasándose. En el Camp de Tarragona, de media, las mujeres tienen el primer hijo a los 30,5 años (31,4 en Catalunya). El número de hijos por mujer está en 1,27.

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