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«La adolescencia es un momento de duda, de vulnerabilidad, si atacas con que todo es culpa de las mujeres tienes una bomba»

La serie de Netflix tiene descolocados a adultos de medio mundo. Una experta desvela por qué el mensaje antifeminista cala entre los más jóvenes y cómo conecta con la ultraderecha

29 marzo 2025 19:25 | Actualizado a 30 marzo 2025 07:00
Se lee en 4 minutos
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La serie ‘Adolescencia’, el título más reproducido estos días del catálogo de Netflix en todo el mundo, da vértigo. Y no es solo porque cada uno de los cuatro capítulos está rodado en un plano secuencia, sino porque a cualquier adulto, especialmente si es padre, le hace intuir el enorme abismo que le puede separar de la realidad de los hijos que duermen en la habitación de al lado.

El drama de ficción relata la historia de Jamie, un niño de 13 años acusado de asesinar a cuchilladas a una compañera de clases. La conversación global que ha suscitado la serie ha descubierto palabras como ‘manosfera’ o ‘machosfera’ (páginas web y foros que promueven el odio a las mujeres) o ‘incel’ (célibe involuntario) a personas que jamás habían escuchado hablar de ellas.

Pero ¿cómo es posible que tantas personas ni siquiera supieran de la existencia de estas redes y el lenguaje que utilizan? Begoña Enguix, catedrática de Antropología Social de la Universitat Oberta de Catalunya, explica que: «Vivimos en burbujas por niveles educativos, por edad, por clase social, por lugar de residencia, por uso o no intensivo de las redes sociales... Entonces la exposición no es la misma. A mí en Instagram el algoritmo no me enseña contenidos sobre la manosfera, sino sobre chafardeo si resulta que he visto un vídeo al respecto, o sobre ejercicios si he estado buscando rutinas. Estas burbujas hacen que mucha gente esté al margen estas cosas que parecen asuntos de Estados Unidos o Nueva Zelanda, pero que aquí están pasando».

¿Nunca escuchó hablar de ‘manosfera’ hasta ahora? No es el único, vivimos en burbujas

Relación con la extrema derecha

Enguix participa junto a investigadores de universidades e instituciones de ocho países europeos en el proyecto de investigación YOU-DARE que se inició recientemente para estudiar el discurso de los grupos de jóvenes de extrema derecha.

Y es que «la adolescencia, como muestra la serie, es un momento de duda, de vulnerabilidad, de rebeldía... Si comienzas a bombardear con contenidos misóginos que dicen que tus problemas son consecuencia del poder de las mujeres, que ninguna mujer vale la pena... Es una bomba y puede llevar a esta población no solo a conductas violentas, sino a posiciones antidemocráticas. Hay algo que no se ve en la serie pero sí en las encuestas y es que la gran intención de voto de la extrema derecha está en los hombres de entre 18 y 30 años».

Pero ¿por qué calan estos mensajes que apelan a los roles tradicionales? Enguix explica que lo principal es que todo es más fácil cuando te dan «un culpable para todos los problemas de autoestima, de tu cuerpo, de tus dificultades, de no ser el líder de tu clase, o el más popular del cole... Resulta que el problema son las mujeres. El mecanismo de los chivos expiatorios socialmente funciona muy bien. Es lo mismo que está pasando con la inmigración», señala.

El siguiente factor es lo que se conoce como la «polinizacion» en las redes sociales. «Antes, si no tenías un amigo antifeminista no veías estos mensajes, pero ahora estos contenidos están constantemente en redes». Se trata, además de mensajes atractivos, directos, virales, que todo el mundo entiende «sin una terminología compleja». Y no todo son mensajes directos; en la superficie muchos son contenidos sobre autoayuda, fitness o de asesoría financiera.

Uno de los puntos a favor de la serie, a juicio de Enguix, es que tenemos la tendencia a consolarnos con que esas son cosas que pasan en familias desestructuradas, pero en el drama sucede en una familia funcional «y allí es donde ves que estos procesos de radicalización y de violencia pueden pasar en cualquier parte».

Con todo, la experta es optimista, porque las mujeres jóvenes, de momento, tienen una forma de pensar diferente «y esperemos que no se contagien de fenómenos como las tradwives (esposas tradicionales) en Estados Unidos que van en aumento y votan a la derecha, eso aquí en España todavía no lo vemos».

En cuanto a los hombres apunta a una encuesta sobre estereotipos del CIS que en 2021 decía que el 44% de los hombres se sentían discriminados. Lo que pasa, aclara, es que en los titulares se metía en un mismo saco a los que se sentían ‘algo’ o ‘muy’ discriminados. «Tenemos un veintipico de hombres que pueden cambiar de opinión». Apunta, además, que en la misma encuesta un 98% de los hombres asumía que hay que luchar por la igualdad de género.

El mensaje de la ‘manosfera’ cala porque es fácil de entender y ‘poliniza’ en redes

Prohibir lo hace atractivo

Sobre la discusión que se ha suscitado respecto a prohibir el acceso a los adolescentes a los dispositivos y a las redes, Enguix cree que «en este momento vital las prohibiciones hacen que las cosas sean más atractivas».

Donde sí considera que debería haber es un control efectivo es para que no circulen contenidos denigrantes para los seres humanos o que promuevan la violencia. «No puede ser que busques un ejercicio de matemáticas y te aparezca un vídeo de Andrew Tate» (un ex peleador de kickboxing viral por sus comentarios machistas, homofóbicos y antivacunas).

A quienes tienen hijos de esta edad les recomienda ver la serie con ellos para «explicarles que dar un like puede tener más consecuencias de las que piensan. Preguntarles si consideran sus hermanas, sus primas o sus amigas son este tipo de persona que les están presentando en las redes y si les gustaría que las trataran de esta manera... Es un trabajo de picar piedra».

Lo que piensan ellos

Pero la serie no solo ha despertado el interés de los adultos, sino de los propios adolescentes. A Zoe, 16 años, la encontramos en la Rambla haciendo un ejercicio de dibujo junto a sus compañeros de clase. Comenta que la serie le gustó, aunque por momentos le pareció lenta para lo que está acostumbrada.

A la joven le llamó la atención que alguien se interesara, por fin, por un tema que le importa. «El discurso de odio contra las mujeres en redes está descontrolado, está todo lleno de contenido misógino», alerta.

A ella, como a otras jóvenes que preguntamos posteriormente, les preocupa que mucha gente solo quiso lo que quería ver en la serie. «Están tratando de justificar lo que hizo el protagonista porque él sufría acoso», dice Zoe. También se quejan de que la víctima y su historia apenas aparecen.

A su lado Sebastián, compañero de clase, también de 16, explica que a él no le salen contenidos misóginos en redes sociales, aunque a algunos compañeros de instituto sí. «El algoritmo va así. Instagram sabe las ideas que tienes y te muestra lo que sabe que te va a interesar. Basta con que te quedes tres segundos a mirar y ya está; después de eso todo lo que te encuentras son mensajes que comienzan a retroalimentarse». Le preocupa ver como los mensajes de la ‘manosfera’ están calando en la sociedad.

Cuando les preguntamos si los adultos vamos muy desencaminados cuando intentamos entender lo que está pasando en las redes, como le sucede al policía de la serie con el significado de los emojis, Zoe responde que «es complicado y además todo pasa muy rápido, yo estoy convencida de que de aquí a cinco años no seré capaz de entender los códigos que manejan los adolescentes».

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