‘Normalidad’ en el servicio para los usuarios del corredor sur de Regionals, que tras la avería en la red de Rodalies del domingo, este lunes optaron por buscar alternativas al tren para ir a Barcelona. «Mucha gente tenía miedo y los trenes de primera hora iban más vacíos de lo habitual, pese a ello el servicio ha ido muy bien», decía la portavoz de la plataforma Dignitat a les vies, Ana Gómez Llauradó.
El servicio funcionó con la regularidad prevista, con la excepción de algún convoy. En concreto, el problema se registró en el tren de las 9.21 horas desde Tarragona, con más de dos horas de demora, y que al final acabó saliendo a las 11.32 de la mañana. «La verdad es que tampoco no hay demasiada diferencia respecto a otros días», decía Jordi.
Este tarraconense tenía cita médica en Barcelona a primera hora de la tarde. Tenía previsto coger el tren de las 11.55 horas. Sin embargo, viendo las incidencias del día anterior decidió anticipar la salida y una hora y media antes ya estaba en la estación. «No quiero arriesgarme, porque esta vez nos dicen que es un sabotaje, pero cuando no es esto es lo otro y constantemente sufrimos retrasos, y no tienen en cuenta la afluencia. Es la historia de cada día. Hay momentos en los que parece que estemos en Bombay», se lamentaba este usuario.
Nada más entrar a la estación, todas las miradas se dirigían a las pantallas informativas. De los nueve trenes que se anunciaban en el panel de llegadas, cinco registraban incidencias, la mayoría porque iban con demora según el horario previsto.
Los usuarios seguían atentos la evolución, mientras corroboraban con el teléfono móvil la información ofrecida desde las aplicaciones y redes sociales. Con un ojo en el móvil y el otro en la pantalla de la estación, Jorge lamentaba que la información de cara a los usuarios era «insuficiente». «Lo estoy mirando por internet y dicen que ha habido un problema con la infraestructura, pero la verdad es que no me he planteado una alternativa», decía. Tenía previsto salir hacia Sant Vicenç de Calders con el tren de las 10 horas de la mañana, al final, tuvo que esperar 50 minutos. «Cuando el servicio es puntual, es fantástico, el problema es que no es fiable», decía.
En episodios así también son víctimas los trabajadores ferroviarios, que a menudo tienen que ‘aguantar’ la indignación de los viajeros. «Si no vamos a la hora o hay cualquier incidencia, nosotros también estamos allí», decían dos empleados.
La afluencia era constante, aunque había menos concurrencia que en un lunes habitual, cuando muchos estudiantes cogen el tren de primera hora para ir a Barcelona. Entre los que no habían hecho cambio de planes, el denominador común era la paciencia. Carmen iba a Tortosa y esperaba pacientemente sentada en un banco, ya que su tren llevaba una demora de diez minutos. «No tengo prisa, pero no puede consentirse de ninguna forma que haya robos de cable o lo que sea. El transporte público debe ser una prioridad y aquí, tanto proteger la atmósfera y llenarse la boca hablando de cambio climático, pero al final tan solo les importa ampliar el aeropuerto. Es una contradicción», decía esta viajera.
Durante el día de ayer pudo recuperarse una cierta normalidad tras un domingo de nuevas esperas e indignación en los andenes. Desde el operador Renfe se informó que la incidencia está afectando principalmente los convoyes del corredor norte e interior. «Los trenes de Tarragona llegan a la estación de França y esta no está afectada», decía la compañía. El problema afectará principalmente a los usuarios de las líneas que pasan por Montcada Bifurcació, como es la R3, la R2 Nord y la R7. Según informó ayer el ministro de Transportes, Óscar Puente, los técnicos de Adif que están trabajando en la reparación tardarán dos meses en recuperar la normalidad.