Desde que el pasado domingo Salvador Illa tomó posesión como nuevo president de la Generalitat, esta semana hemos ido conociendo los perfiles que le acompañarán en esta aventura, en un momento en el que quiere volverse a poner el acento en la gestión. Entre los nombres que llaman la atención, ponemos el foco en el nuevo secretario de Mobilitat i Infraestructures, Manel Nadal, que a sus 71 años vuelve a una conselleria que conoce muy bien, después que entre 2003 y 2010 ya fue uno de los altos cargos del ejecutivo tripartito.
Nadal será uno de los brazos ejecutores de la nueva consellera de Territoria, Sílvia Paneque, también gerundense y con quien mantiene una estrecha relación. El peso que tradicionalmente han tenido los representantes políticos de la capital gerundense, en uno de los departamentos de más peso de la Generalitat, hace que desde la Catalunya Nova siempre se mire con recelo cualquier decisión.
Los déficits endémicos y la necesidad de avanzar hacia un modelo de transporte público más eficiente de cara a la ciudadanía, hace que la segunda área metropolitana de Catalunya precise de especial atención y sensibilidad por parte del próximo Govern. Los retos son muchos, sin embargo, la primera patata caliente con la que deberá lidiar el nuevo secretario es el corte ferroviario de otoño.
La administración catalana también tiene un papel clave para que el corte de otoño no sea un calvario
Todas las miradas están puestas sobre Renfe, que tiene en marcha la licitación para el plan de transporte alternativo. No obstante, la Generalitat –que también tiene su responsabilidad en la titularidad del servicio– no puede ponerse de perfil, si no quiere que las 15.000 personas que a diario utilizan estas líneas vivan durante cinco meses un auténtico calvario.
La administración autonómica deberá poner todos los recursos para reforzar las líneas de transporte directas a Barcelona y ser exigente con Adif para que cumplan los plazos. Asimismo, debería liderar la reivindicación para que la línea de alta velocidad pueda absorber una parte significativa de la demanda y no confiar todos los huevos en la misma cesta, la del bus, si no queremos que se genere un auténtico pitote.
Rodalies y nuevos trenes
El mal trato que están sufriendo los usuarios de los Regionals del sur de Catalunya para ir a trabajar o a estudiar a Barcelona está llegando a cuotas insoportables. Este debe ser el mandato del traspaso de Rodalies y la administración autonómica deberá ser exigente para que Madrid no nos venda gat por llebre, como acostumbra a pasar con los acuerdos.
La llegada de 101 nuevos trenes comportará una mejora en el servicio. Y aquí los usuarios tarraconenses estarán esperando con anhelo cómo se hará el reparto del nuevo material, después que la última compra –en el año 2010– pasó de largo y benefició a Girona, en detrimento de Tarragona. En aquellos momentos el conseller responsable era el exalcalde de Girona y hermano del actual secretario, Quim Nadal. A nadie se le escapa que barrieron para casa y que ahora toca, como mínimo, un reparto más equitativo.
Tendrá que verse si la llegada de los socialistas al Govern allana el camino para el tranvía
Manel Nadal se reencontrará con proyectos que conoce muy bien de su paso por la conselleria. Uno de estos es el tranvía, del que ya se hablaba en aquellos momentos.
La carpeta que recibirá nada tiene que ver. En estos momentos estamos hablando de una inversión más realista y madura, adaptada a las necesidades de presente y de futuro de un territorio que urge de un sistema de movilidad que vertebre los principales núcleos de población. Tendrá que verse si la llegada de los socialistas a la Generalitat consigue allanar el camino para que siga adelante, después que el alcalde de Salou, Pere Granados, ha mantenido un intenso pulso con el último Govern, por su rechazo a la presencia de catenarias.
Taxis
Si Nadal remueve los bajos fondos del cajón de asignaturas pendientes también se encontrará con la carpeta que dejó a medias en la que pone área metropolitana del taxi. Él estaba en la mesa en la que se firmó el acuerdo para acabar con la guerra del taxi, que se abrió con la llegada de la estación de alta velocidad en 2006. No obstante, casi veinte años después no se han dado nuevos pasos para avanzar hacia un área conjunta, que permita a estos profesionales moverse por todo el territorio
Uno de los grandes retos de la legislatura será sentar las bases para la futura licitación del transporte interurbano
Todavía parece lejos, pero si hablamos en términos administrativos no lo está tanto. En 2028 finalizan las actuales concesiones de transporte interurbano por carretera que dependen de la Generalitat y deberá sacarse un nuevo concurso para adjudicar las nuevas titularidades. Esto afecta a casi 850 líneas, que mueven unos 70 millones de viajeros anuales, lo que configuran el principal sistema de movilidad. Esto puede constituir una oportunidad para renovar y modernizar un sistema, que en estos momentos ni siquiera permite el pago con tarjeta de crédito, por lo que no puede perderse el tiempo, ya que una renovación profunda implica cambios legislativos y estos nunca son ágiles.
Y esta lista de retos pendientes no puede acabar sin mencionar el aeropuerto de Reus y el papel que debe jugar esta infraestructura en un momento en el que se hablará, y mucho, de la ampliación de la terminal de El Prat. En su anterior etapa se firmó el acuerdo para que Ryanair estableciera su quinta base en el aeródromo reusense. ¿Y ahora qué?
