Dicen que la navidad es el momento más mágico del año. Entre toda la simbología y tradiciones que envuelven la festividad, hay una que sobresale por encima del resto: los villancicos. Grandes y pequeños se reúnen para interpretar estas tradicionales canciones navideñas. La plaça del Tarragonès de Torreforta fue ayer testimonio, un año más, del ya habitual concierto de navidad interpretado por los jóvenes de los barrios de Ponent.
Un total de nueve escuelas e institutos participaron de la cantada de villancicos del Pla Educatiu d’Entorn. Una jornada en la que el buen tiempo acompañó en todo momento.
Antes de empezar el concierto, la inspectora del Departament d’Ensenyament, Rosa Maria Codines, tomó el micrófono. «Estamos muy contentos que hayáis venido todos a cantar, ¡y a hacerlo muy fuerte!», animaba Codinas. Un estruendoso «¡sí!» de los jóvenes cantores indicaba las ganas que tenían de hacerlo.
Por su parte, directora de l’Institut Municipal d’Educació de Tarragona, Claudia Aznar, aseguraba «estar expectante» por todo el esfuerzo que los alumnos habían dedicado ensayando los villancicos.
Empezó la Escola Torreforta, que interpretó Nadal de colors. Tras su actuación, la Escola Campclar se animó con Voldria passar un Nadal com cal, que cantaron junto a una divertida coreografía. La Escola Riuclar interpretó El gran regal.
Siguiendo con los más pequeños, la Escola Ponent deleitó a los espectadores con la canción dedicada a Rudolf, el ren del nas vermell.
Los alumnos de La Salle se prepararon para ir a ‘buscar el Tió’, mientras que la Escola Els Angels se lució con un clásico de las fiestas de navidad catalanas como es Les dotze van tocant.
El turno de los mayores
Tras las escuelas, era el turno de los mayores. El Institut Collblanc se atrevió con el magnífico Hallelujah del gran Leonard Cohen. El Institut Torreforta cantaron Quina alegria y las actuaciones individuales concluyeron con la Escola Campclar, que interpretaron Quan somrius, otro de los clásicos navideños catalanes.
El plato fuerte llegó al final cuando cuatro alumnos de cada centro participante cantaron Estimo el Nadal obra del compositor Toni Olmos.
Padres, madres y vecinos de Torreforta estuvieron durante todo el acto, que duró casi una hora. Carlos Pérez, uno de los asistentes, se mostraba emocionado de ver como su hija cantaba sin pudor encima del escenario. «Siempre le ha gustado la música, y le encantan los villancicos», asegura.
Sin tener ningún retoño cantando, Encarna García dejó a un lado el carrito de la compra para poder disfrutar mejor del espectáculo. «Ver a los más jóvenes disfrutar de los villancicos me emociona», relataba la vecina, que seguía todos los villancicos con ellos.