«He encontrado la felicidad, estaba aquí arriba». 17 de febrero de 2020. Pico Posets (3.368 metros, Pirineo aragonés). El mensaje aparece junto a una espectacular fotografía en la que se ve a un sonriente Gerard Olivé en pleno vivac, metido en su saco de plumas, rodeado de nieve en la cumbre y contemplando un espectacular paisaje de cimas blancas a sus pies durante un atardecer. La imagen puede contemplarse en @xutonthetop, su perfil personal en Instagram a través del cual narraba sus fascinantes aventuras, siempre en solitario y que solían culminar en vivacs invernales.
La cuenta tiene 51.000 seguidores, cautivados por las impresionantes imágenes y vídeos que primero captaba con un pequeño dron y luego subía a la red el montañero de Tivissa, cuyo cuerpo fue hallado sin vida este sábado en el macizo del Aneto, en la provincia de Huesca, posiblemente tras una caída vertical desde la parte alta de la cresta de Salenques. Llevaba varios días desaparecido.
Olivé, de 41 años, era un experto en esos vivacs extremos y expuestos a temperaturas bajo cero, hasta el punto que había acumulado más de 50 en los Pirineos. Solía escaparse a alguno de sus tres miles siempre que podía desde su Tivissa natal, donde su familia es conocida como Cal Xut. Siempre con el equipaje y material técnico justo, un hornillo, comida liofilizada, cámaras, dron y el móvil, con el que se informaba de la meteorología de la zona vía app.
A partir de ahí, todo solía fluir. «Dormir en una cima. Estar solo en lo alto del mundo, de tu mundo, con las piernas metidas en un saco de plumas y los ojos, los dos, fijos en un sol que se esconde del mundo inundando el cielo de un violeta irreal. Quedarse dormido bajo una oscura bóveda infinita, poblada por millones de ojos blancos que de vez en cuando se desprenden y arden hasta apagarse», describía el propio Olivé, también desde el Pico Posets, sobre esta actividad que se había convertido en su válvula de escape personal en los últimos años.
Practicándola, desde 2017, había conseguido canalizar una nueva vida después de una ruptura sentimental dolorosa y del estresante ritmo que había supuesto para él la alta cocina. Había estudiado en Girona, donde tuvo como tutor al prestigioso Joan Roca, del Celler de Can Roca, y además hizo prácticas en 2004 en El Bulli, cuando el emblemático restaurante de Ferran Adrià fue el mejor del mundo.
«Vivaquear voluntariamente sobre una montaña es una actividad que en modo alguno tiene que ver con la razón. Una de esas experiencias difíciles de explicar si en el mismo instante en el que oyes hablar de ellas no caes automáticamente rendido ante la idea... Una aventura que tal vez solo busquen quienes de pequeños corrían para «pedirse la cama de arriba» cuando tocaba dormir en una litera. A los demás, a quienes no comprendan el porqué o no comparten esa curiosidad, no se les puede convencer con ningún argumento de peso. El único beneficio que se obtiene al hacer algo así es demasiado etéreo, demasiado abstracto, aunque muy real», reflexionaba Olivé sobre la circunstancia de realizar vivacs fijos cuando en realidad se trata de una técnica que los alpinistas utilizan a modo de ‘trámite’ en las grandes cimas ubicadas en la cordilleras del Himalaya o el Karakorum.
Suelen usarla cuando no han calculado bien el horario de una escalada y anochece, sin posibilidad de alcanzar el punto donde tienen instaladas las tiendas de campaña para pasar la noche, o cuando les ha surgido algún imprevisto durante su ruta hacia la cumbre.
Gerard Olivé cuenta con dos documentales, producidos, filmados y montados por él mismo, en los que profundiza sobre el mundo del vivac.
En ‘Aware’, estrenado en 2022, muestra sus experiencias en cimas como Pico Perdiguero, Punta Alta o la Pica d’Estats, inspirando al espectador a conectar con la naturaleza en su máxima expresión. En 2024 lanzó ‘Ikigai’, basado en los 15 días que pasó en autosuficiencia en los Pirineos, sin utilizar la tienda de campaña ni un solo refugio. Ambos están publicados en abierto en Youtube.
En 2022 también apareció en el programa que ‘El Foraster’ de Tv3 dedicó a Tivissa, donde invitó a su presentador, Quim Masferrer, a pasar una noche a cielo raso. Lo hicieron en ‘La Roca del migdia’ del propio municipio.
Sus vivacs son ya eternos y quedan para el recuerdo. «Gerard nos ha dejado de manera inesperada mientras hacía una de las cosas que más amaba: disfrutar de la montaña. Siempre estará con nosotros en cada cima, en cada paisaje. Descanse en paz», es el emotivo mensaje de despedida que su familia ha publicado en el propio perfil de Instagram del montañero, quien en su día también reflexionó sobre la muerte. «Como amante de la mitología nórdica, siempre pienso que si muero en la montaña será como perecer luchando como un guerrero, lo que te da el honor de acceder al Valhalla, guiado por las valkirias en sus caballos alados».