El Ayuntamiento de Tarragona volverá a activar «en las próximas semanas» el Plan Quioscos. Según confirma al Diari el concejal de Béns i Patrimoni, Hermán Pinedo, el consistorio tiene previsto impulsar antes de acabar el presente mandato municipal el concurso público para intentar adjudicar de nuevo la gestión de las cuatro casetas de titularidad pública que están vacías desde hace años. De hecho, la tramitación administrativa ya está avanzada, el pliego de condiciones está ultimado y la nueva licitación, con decreto firmado por el concejal, se centrará en las cuatro instalaciones que el pasado otoño su gestión quedó desierta y sin ofertas.
En concreto, el proceso que está previsto que se active tras Setmana Santa intentará adjudicar el uso de tres quioscos de la Rambla Nova y otro de President Companys, que cuentan entre 6,25 y 9 metros cuadrados de superficie. Los tres primeros están situados en los números 39, 40 y 102 de la Rambla Nova, mientras que el cuarto se ubica enfrente del Institut Vidal i Barraquer.
«Nuevas fórmulas»
La que ahora se iniciará será una nueva fase del proceso para «regularizar» las casetas que quedan en la vía pública. De hecho, el consistorio ya sacó a licitación el uso de ocho espacios en otoño. En ese momento se logró adjudicar las cuatro que ya estaban abiertas, que fueron las que están en los números 55, 65 y 74 de la Rambla Nova, así como el de la Plaça Verdaguer. Tres de estas se dedican a la venta de plantas y flores, menos el del número 74 de la Rambla, a la altura de la calle Fortuny, que vende prensa, helados, alimentación y refrescos envasados.
Tras poder actualizar solo la mitad de los quioscos, y quedarse sin uso los que ya estaban vacíos, ahora el gobierno municipal (ERC-Junts per Tarragona-CUP-Pinedo) busca «nuevas fórmulas y modelos de negocio» para lograr sacar partido de las construcciones, según afirma Pinedo. Por ello, dos son las principales novedades que se han incluido en el nuevo concurso, que como el anterior prevé una concesión para ocho años con un canon mensual de unos 400 euros.
Por un parte, el consistorio ya no exige a los licitadores que acrediten experiencia anterior. ¿El objetivo de esto? Atraer a emprendedores y empresarios jóvenes, que vean en estos quioscos una oportunidad para implementar sus proyectos. «Ya no limitamos el uso y eliminamos la obligatoriedad de acreditar una trayectoria», indica Pinedo. Asimismo, otra de las novedades es que, en esta ocasión, el Ayuntamiento exigirá una fianza al ganador del concurso, que será de unos mil euros y que no se recuperaría hasta extinguirse la concesión.
En proceso desde 2014
Lo cierto es que, durante la última década, la situación de los quioscos municipales ha pasado por diferentes etapas. En junio de 2014, el Consistorio licitó siete espacios, con el objetivo de «instalar actividades que puedan lograr un entorno urbano atractivo para el turismo de calidad», según se indicaba en las bases que regían ese proceso.
En ese momento, sin embargo, solo tres emplazamientos lograron ser adjudicados: el de Lluís Companys –con un canon anual de 2.300 euros y unas obras valoradas en otros 8.800; el de calle Ramón y Cajal con Prat de la Riba –por 2.700 euros y unas actuaciones de mejora por valor de otros 2.700–; y el de la Rambla Nova 102 –por 1.200 euros al año y unas acciones de reforma también valoradas en 1.200 adicionales–.
Por contra, los cuatro recintos restantes no tuvieron la misma suerte, quedaron sin poder reactivarse y fueron derribados el 2 de agosto de 2018 porque se encontraban en un pésimo estado. Para ello, el gobierno local –entonces formado por PSC y PP– destinó 12.000 euros para llevar a cabo estos trabajos, que afectaron a los antiguos quioscos de Cronista Sessé, Avinguda Marquès de Montoliu y dos de la Rambla Nova: los de los números 105 y 115.
Reactivación en otoño de 2021
Ya en octubre de 2021, el Ayuntamiento –ahora liderado por ERC, JxTGN y la CUP– aprovechó la extinción de la concesión del quiosco de la Plaça Imperial Tarraco para no prorrogar su uso ni sacarlo a licitación pública, sino que se optó por desmontar la construcción y habilitar que por ese espacio pasara el actual carril bici que conecta la Plaça Imperial Tarraco con el Campus Sescelades.
Asimismo, se impulsó la «regularización» de ocho casetas, cuatro de las cuales ya cuentan con una nueva concesión administrativa. Sin embargo, todavía quedan pendientes por resolver las cuatro que ahora volverán a salir a concurso.
Especialmente significativo es el caso del quiosco del número 39 de la Rambla Nova, a la altura de la calle Adrià, que hasta el 1 de agosto de 2021 albergó la Administración de Loterías número 1, que hasta ese momento era la más antigua de la ciudad. Su concesión caducó en 2017, sus gestores se jubilaron en verano de 2021 pero hasta la fecha aun no se ha logrado actualizar su situación. El nuevo concurso pretende dar, pues, una salida definitiva al espacio situado junto al Avi Virgili y que, como la figura bronce, está paralizada a la espera de encontrar a un nuevo inquilino que le dé una nueva vida, como mínimo, hasta 2032.