Cuando el primer día de clase se anunciaba que este curso escolar arrancaría en el Camp de Tarragona con 152.385 alumnos de infantil, primaria, ESO, bachillerato y FP (27.062 en Terres de l’Ebre), nadie podía sospechar como sería el tercer y último trimestre que arrancó ayer.
Sin una idea de si se podrá regresar a las aulas (difícil pensar en una clase donde haya espacio para que los alumnos cuenten con metro y medio entre ellos), lo urgente es garantizar que todos los alumnos puedan conectarse con sus centros educativos.
Ayer el Departament d’Educación anunció que esta semana comenzará en Catalunya el reparto de 22.000 dispositivos con conectividad a aquellos alumnos que no disponen de uno. En el caso del Camp de Tarragona se entregarán 2.36, según explicaba Jean-Marc Segarra, director de los Serveis Territorials.
"A los hijos hay que transmitirles que esto es un reto"
Albert Sangrà es catedrático de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y dice que la crisis actual debería abrirnos los ojos respecto a si, como sociedad, tenemos competencias digitales, y no solo los centros educativos, sino las familias y los alumnos.
Para poner en marcha el reparto, explica Segarra, ha sido necesario contar con los equipos directivos de cada centro, primero para detectar con qué plataformas contaban y luego para saber los alumnos que no tenían dispositivos, no tenían línea o no disponían ninguna de las dos cosas.
La mayoría de los dispositivos que se usarán son los que ya hay en los centros educativos públicos de Catalunya donde hay unos 100.000 disponibles; 1.000 tablets facilitadas por la Fundación Telefónica y la colaboración de La Caixa; 20.000 líneas de conectividad (datos) del Deapartament d’Educació, y 2.000 líneas del Ministerio de Educación.
Desde ayer los técnicos de Telefònica pasaban a recoger en las escuelas e institutos los dispositivos que se van a utilizar y configurar la conexión a internet que será de 40 gigabytes mensuales. Los ‘kits’, de préstamo, se entregarán en los domicilios configurados y acompañadosde instrucciones.Se regresarán a los centros el primer día de clases presenciales.
Segarra agradece la ayuda de los directores a la hora de determinar con precisión dónde hacían falta con más urgencia estos recursos. El numero inicial de ‘kits’ se ampliará en los próximos días con las aportaciones de ayuntamientos, consejos comarcales y entidades que ya han puesto en marcha iniciativas en el mismo sentido.
Evaluación ¿sí o no?
Pero la duda sobre si todos los alumnos tienen cómo conectarse por internet con sus centros no es, ni mucho menos la única. Esta educación a distancia de emergencia está plagada de dudas. Roser, con una hija en P3 recuerda que los niños más pequeños apenas tienen autonomía para seguir avanzando en casa; Marta, madre de una adolescente de segundo de la ESO se queja de que tener internet apenas le ha servido para que los profesores le manden a su hijo «parece que están todos los niños haciendo clases online, pero al mío solo le mandan a hacer ejercicios del libro», reclama.
Pero la madre de todas las incertidumbres tiene que ver con si se evalúa o no, algo que algunos ya han probado, como Javier, con una hija, en cuarto de primaria ya ha hecho dos exámenes. La profesora se los mandó a los padres que se encargaron de imprimirlos y de escaneárselos respondidos.
Jean Marc Segarra apunta que ya casi están listas las instrucciones que está preparando el Departament sobre cómo se evaluará en función de los diferentes escenarios posibles. Hay que tener en cuenta, además, que hoy hay una reunión telemática de la Conferencia Sectorial de Educación, entre la ministra, Isabel Celaá, y los consejeros de todas las comunidades.
Juan Carlos Feijoo, portavoz del sidndicato USTEC, que desde un primer momento de ha opuesto a hacer evaluaciones en el tercer trimestre, excepto en bachillerato y FP. En su opinión, en las condiciones actuales no se puede garantizar que se podrá evaluar con equidad y en este sentido se debería priorizar el refuerzoa a los alumnos que iban rezagados los dos primeros trimestres.
Recuerda que, además de los alumnos, entre los docentes, con un 40% de interinos, no todos pueden dedicarse al teletrabajo de la misma manera, bien porque solían usar el dispositivo del centro o porque tienen dependientes a su cargo.
Belén Tascón, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Catalunya, Fapac, también se muestra contraria a unas evaluaciones «que no vendrían más que acentuar las diferencias en un sistema ya de por sí muy segregado».
Recuerda que el problema va mucho más allá de que las familias tengan un ordenador o no. Las hay que están trabajando fuera de casa o que hacen teletrabajo, que viven en viviendas sin un espacio adecuado para el estudio, que no dominan el idioma o que emocionalmente están en un mal momento, preocupadas porque se han quedado sin trabajo o porque tienen algún familiar afectado por el coronavirus. «No es momento de crear más presión a las familias», apunta.