Hace solo tres meses que la Biblioteca de las Cosas abrió sus puertas en los bajos del Casal d’entitats de Sant Salvador y ya ha comenzado a tomar forma. En las estanterías pueden verse una bañera para bebés, una podadora, una pistola para pintar, un patinete, un ordenador portátil, una cortadora de embutidos...
Mientras estamos allí llega un joven explicando que se han enterado de que en la biblioteca hay sillas de ruedas y quiere ver si puede pedir una prestada para una vecina que se ha roto un pie.
La escena muestra justamente el sentido de la biblioteca: ser un espacio donde compartir objetos que se necesitan puntualmente, como explica Amanda Pérez, socia de la Cooperativa El Far, que junto con la Associació Ariadna ha impulsado el primer equipamiento de estas características en la ciudad.
Aunque la biblioteca abrió en enero, el proyecto llevaba dos años gestándose y partió de la reflexión personal de las socias de la cooperativa sobre la cantidad de objetos de la vida diaria que compramos para darle un uso muy limitado. «Con todo lo que eso supone en materias primas, mano de obra, embalaje, transporte...» Ese fue el punto de partida para otras iniciativas como, por ejemplo, fabricar un cotillón sin plástico para las fiestas de Año Nuevo.
En estos dos años han tenido la oportunidad de formarse y de visitar otras iniciativas similares como la Biblioteca de las cosas de Sant Martí en Barcelona y de buscar aliados y financiación. Finalmente consiguieron un espacio cedido por el Ayuntamiento de Tarragona y una subvención de la Diputació.
Así funciona
La biblioteca se nutre de las donaciones de las personas que entregan objetos que ya no necesitan o que necesitan muy puntualmente y prefieren compartirlos. De hecho una de las personas que donó herramientas (el grupo de objetos más solicitados de momento) ha explicado que las pedirá prestadas cuando las necesite.
Estos primeros meses los esfuerzos han estado puestos sobre todo en conseguir las primeras donaciones (han recibido una cuarentena) y a partir de este mes se evaluará cuáles son los objetos que más se necesitan. En caso que pasado un tiempo se vea que alguno no tiene salida se entregará a entidades donde puedan darle uso.
Muchos de los objetos que tienen son de los típicos que se compran para momentos concretos, como la vajilla para cuando vienen muchas personas a casa, material de esquiar para niños, o una carretilla para una mudanza.
De momento el material disponible lo van colgando en su perfil de Instagram, pero tienen una página web en construcción donde podrá verse lo que hay disponible y reservarlo.
Hacerse socio de la biblioteca tiene un coste de 5 euros y los préstamos son gratuitos o con una cuota muy simbólica para ayudar al sostenimiento del proyecto. El plazo en que se prestan las cosas generalmente es de una semana a quince días, pero puede ampliarse según la necesidad.
Beneficios para el barrio
Nani Blasco, de la Associació Ariadna, asociación cultural sin ánimo de lucho muy arraigada en Sant Salvador, explica que la biblioteca ha supuesto crear oportunidades en el barrio, como por ejemplo dar más vida al Casal d’entitats que ahora pasa más tiempo abierto.
La biblioteca también ha generado trabajo para una persona joven y además «es un motivo para venir del centro de Tarragona al barrio y no al revés».
De momento la biblioteca (Av. de Sant Salvador 114) abre los jueves de 9 a 13 horas y los viernes de 15 a 19 h.
La fiesta de la reparación
La intención, además, es que la biblioteca sea un espacio en el que se puedan encontrar maneras de dar una segunda vida a los objetos a través de la reparación en lugar de desecharlos. Este sábado 6, con la colaboración del grupo Restarters Barcelona, en la biblioteca se organiza la primera Restart Party de Tarragona.
Durante la jornada los participantes podrán llevar sus objetos estropeados y voluntarios con habilidades técnicas les ayudarán a aprender a reparar sus aparatos eléctricos y electrónicos.
La fiesta, para la que hay que inscribirse previamente, quiere ser también un espacio de encuentro de personas que tienen interés y habilidades técnicas. El objetivo es poder crear un grupo de ‘restarters’ en Tarragona y así poder ir organizando encuentros de manera frecuente como una actividad propia de la Biblioteca de las Cosas.