El Ayuntamiento de Tarragona sacó ayer a licitación el control de las especies invasoras que han proliferado en el lago artificial de la Anella Mediterrània. Los trabajos, en el marco de proyecto Tarragona-GreenBelt’26, tendrán un coste de 18.564,24 €.
El lago, de 7.900 m2, fue el epicentro de los XVIII Jocs Mediterranis en el 2018, pero ahora, siete años después de su inauguración, tres especies invasoras se han hecho fuertes en sus aguas. Los trabajos en concreto son para controlar tres especies, dos de peces: la perca americana o black-bass y el percasol o pez sol y una de tortuga: el galápago de Florida.
Introducidas por los humanos
El de las tortugas, es un caso típico en el que los ejemplares llegan hasta el lago introducidos por la mano humana. Habitualmente se trata de ejemplares que suelen llegar a las casas pequeños, como mascotas, y que cuando se hacen grandes son abandonados.
En el caso de la perca americana o black-bass la intervención humana también ha sido determinante. En este caso se trata de una especie que se ha introducido artificialmente en muchos cuerpos de agua de España para la pesca deportiva.
Las tres especies están incluidas en la lista de las ‘100 Especies Exóticas Invasoras más dañinas del mundo’ que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En el caso de los peces se capturarán con pesca eléctrica y en el de las tortugas con trampas.
Desde Medi Ambient explican que el primer objetivo de controlar esta especies es eliminar núcleos de expansión, es decir reducir las poblaciones para que no se puedan ir a otros sitios.
El segundo es favorecer las especies autóctonas. En el caso de los anfibios, por ejemplo, especies como el black-bass no les permiten reproducirse porque se comen las larvas. También son un problema para las aves acuáticas que pueden sentirse amenazadas.
de estas especies
en el lago artificial
Pese a todo, la laguna ya se ha convertido en un abrevadero para muchas aves de distintas especies y se espera que con estas medidas la puedan aprovechar mejor.
Guillermo García de Castro, concejal de Medio Ambiente, apunta que se trata de un espacio que se merecía una revisión y un trato especial. Además del control de especies invasoras se trabajará en eliminar también plantas exóticas y reforzar la vegetación autóctona.
En la zona ya hay carteles que advierten de que no se pueden liberar animales, aunque se aprovechará esta intervención para mejorar la señalética.
Potenciar el verde urbano
García de Castro explica que se trata de un esfuerzo por potenciar los espacios naturales que ya existen para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. «Hemos urbanizado por encima de nuestras posibilidades y las ciudades se han quedado huérfanas de espacios verdes», lamenta.
En el contrato se especifica que los trabajos son necesarios para cumplir los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento tras obtener la subvención de la Fundación Biodiversidad para la renaturalización de espacios urbanos y periurbanos. Los trabajos durarán dos meses y, como son pagados con Fondos Next Generation, deberán estar acabados antes del 31 de diciembre de este año.