Las Festes de Santa Tecla se han acabado. Después de dos semanas llenas de actos festivos, ayer la ciudad se despedía y daba la bienvenida a la rutina con el Correfoc. Desde la Plaça de la Mitja Lluna, las bestias de fuego y los diables se adueñaron de la ciudad, al ritmo de tambores y de carretillas.
Como cada año, la organización invitó a entidades de fuego de otros municipios para la ocasión. El Ball de Diables de Vilanova i la Geltrú, el de la Llacuna, el de L’Arboç, y también el Drac Lo Golafre de Tortosa y el Drac dels Monjos, fueron los invitados. Los anfitriones, el Ball de Diables de Tarragona, la Colla de Diables Voramar del Serrallo, la Víbria, el Griu, el Bou y el Drac completaban la lista de las fuerzas del infierno.
Después del Correfoc, que desfiló por la Rambla Nova, y de las carretillades finales, tuvo lugar la traca a cargo de la pirotecnia Poleggi desde la estatua de los Despullats. El «Visca Santa Tecla!» entró en escena, dejando paso a los fuegos en el Balcó del Mediterrani.
Antes del Correfoc y de la traca, la ciudad pudo despedirse de las fiestas con el ya tradicional concierto de gralles en la Plaça dels Sedassos.
Sólo faltan 363 días
Este año será recordado como el de la Santa Tecla más reivindicativa. Los gritos de «Llibertat presos polítics» y los de «Ballesteros dimissió» han estado presentes en la mayoría de actos festivos, sobretodo los más multitudinarios, como las Diades Castelleres o la Processó del Braç de Santa Tecla.
También cabe destacar la Baixada de l’Àliga, donde l’Àliga y la Mulassa bajaron las escaleras de la Catedral con algún motivo de color amarillo, reivindicando la puesta en libertad de los políticos catalanes encarcelados. Ahora toca esperar 363 días más para vivir la Santa Tecla 2019.