Cualquiera que pasee por Sant Pere i Sant Pau se encontrará, con toda probabilidad, con alguna cruz de color rosa-fucsia marcada en el suelo. Y es que hay exactamente 102 de estas señales pintadas en las aceras del barrio; tantas como pintaron hace diez meses los vecinos para dejar constancia del lugar donde se encontraban las principales barreras arquitectónicas del barrio.
Lo que tal vez no sepan los transeúntes que miran las señales (la gran mayoría de las barreras sigue sin solucionarse) es lo larga que ha sido la reivindicación que hay detrás.
Explica Gabriel Muniesa, presidente de la asociación de vecinos La Unió, que la lucha viene de lejos. En 2018 consiguieron que el pleno municipal aprobara por unanimidad una moción para acabar con las barreras arquitectónicas del barrio... Pero por mucho que lo recordaban a los consistorios de turno no había respuesta.
«Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que estábamos luchando por algo que mucha gente desconocía, así que decidimos comenzar por el principio, explicándolo en las escuelas», cuenta Muniesa.
Así fue como alumnos de todas las escuelas del barrio salieron a recorrer las calles con sus maestros y a trabajar el tema en clase. El proyecto terminó con la creación de un mural de denuncia de 50 metros de largo de la mano de la Comunalitat Urbana de Tarragona.
Había, además, que dar a conocer la situación al resto de vecinos, así que hicieron lo propio una serie de charlas en el Centre Cívic.
Para todo el trabajo han contado con el apoyo y la asesoría de la asociación Sense Barreres (antes CEPHADIS), formada mayoritariamente por personas con discapacidad física.
Manuel Moreno, presidente de la entidad, cree que en asuntos de accesibilidad siempre se debería tener en cuenta a las personas con discapacidad. «No es lo mismo planificar con los reglamentos en la mano que desde una silla de ruedas porque se dejan cosas. Sentirlo y vivirlo es distinto», dice.
Señalizar para llamar la atención
En junio del año pasado decidieron que era momento de dar un paso más, y una veintena de vecinos (unos cuantos de ellos en silla de ruedas) salieron a marcar con las cruces rosas todas las barreras que encontraron. «Para ver si por fin el Ayuntamiento encuentra dónde están y nos hacen caso», dijeron entonces.
Pero la acción no se quedó allí. Luego se dedicaron a realizar un informe detalladísimo, con planos, fotos y descripciones de cada una del centenar de barreras y hasta una propuesta de solución para cada caso.
Entre los problemas recurrentes se encuentra el de las aceras estrechas que tienen plantada en medio una farola, los pasos de peatones mal rebajados (o sin rebajar) y los sitios a los que solo se puede acceder a través de escaleras.
está redactando un proyecto de mejora
Los hay que necesitarían una inversión importante para arreglarse y otros en los que bastaría con reparar la erosión del tiempo... Hay además algunos de lo más llamativos, como un pavimento podotáctil (las baldosas de diferente color y textura que usan para guiarse las personas ciegas que usan bastón) que va a dar directamente a la carretera porque el paso de peatones está pintado unos metros más allá.
En octubre del año pasado, y también por mayoría, se aprobó una nueva moción en el pleno. Se aprovechó, además, para entregar el informe.
Desde entonces, reconoce Muniesa, se ha realizado algún pequeño arreglo, pero la mayoría de las barreras siguen igual.
Así lo confirma Francisco Medina, usuario de silla de ruedas y miembro de Sense barreres. Él fue uno de los que participó en la acción de pintado de las aceras. Regresó al barrio para reconocer la situación (es quien aparece en la foto) y no encontró cambios en ninguno de los sitios más conflictivos.
Replicarlo en otros barrios
El trabajo comunitario que se ha hecho para reclamar una solución a las autoridades valió a La Unió un premio de la Confederació d’Associacions Veïnals de Catalunya.
Ahora los vecinos están a la expectativa porque desde el Ayuntamiento les han asegurado que, por fin, habrá un presupuesto para ocuparse de estos temas.
Consultadas al respecto, fuentes municipales señalan que desde la Brigada Municipal se está redactando un proyecto de mejora de la accesibilidad en el barrio. En el mismo se incluye «la señalización de itinerarios accesibles para personas con movilidad reducida, que incluiría señalización vertical y horizontal de estas rutas accesibles. También incluiría eliminación de barreras arquitectónicas y otras cuestiones. Ahora se está trabajando de manera interna para poder posteriormente externalizar el proyecto ejecutivo», explican.
Los vecinos están en un compás de espera pero no dejarán de insistir. La asociación Sense barreres, por su parte, cree que habría que replicar la experiencia en otras zonas de la ciudad. Para ello han expuesto todo el trabajo realizado a la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona, FAVT. «Creemos que desde las asociaciones de vecinos es como se llega a la gente de cada barrio», dice Molina.