Araceli sigue con el susto en el cuerpo un mes después de tener la peor pesadilla de su vida. A sus 69 años, esta vecina de Bonavista temió por su vida al cruzarse en la tarde del 13 de noviembre con un ladrón que le desvalijó la casa, llevándose las joyas, dinero en efectivo, dos teléfonos y su documentación.
Aún con el susto en el cuerpo admite que la pesadilla que vivió la tiene demasiado presente y aunque sube y baja de su piso sola, no se entretiene y desconfía de todo lo desconocido. Solo vive con su perro en este barrio de Tarragona.
Aquella tarde de miércoles, Araceli bajó a la calle a tirar la basura. De vuelta, subiendo por las escaleras, un hombre cincuentón aguardaba en su rellano. «Le pregunté que hacía y me contestó que esperaba a un sobrino», explica. Y seguidamente, le pidió educadamente si le podría dar un vaso de agua.
Araceli abrió su casa, se fue a la cocina y volvió al rellano con el vaso. El desconocido se lo bebió y se lo devolvió. Y al girarse para dejarlo en el recibidor, una navaja apareció en escena amenazando a esta vecina.
El ladrón entró y cerró la puerta. Y le pidió todo el dinero que tuviera y joyas. Fueron habitación por habitación. Le quitaron dinero en efectivo, las joyas que tenía en su dormitorio y antes de irse la hizo sentar y le quitó los tres anillos de la mano. «Cuenta hasta cien y ya puedes levantarte». Esa fue la última frase del delincuente, que salió de la vivienda con las joyas, el dinero y dos terminales telefónicos para evitar una llamada demasiado pronto a la policía.
Araceli no esperó. Al cerrarse la puerta se levantó y se fue a pedir ayuda a la vecina. «Llamé a mi hija y se lo expliqué», afirma. La hija llegó en un abrir y cerrar de ojos y avisó a los Mossos d’Esquadra. «No puedo decir más que buenas palabras a los agentes», reconoce esta vecina.
La patrulla llegó a su vivienda y se activó a la policía científica. Las pruebas empezaron con las huellas en el vaso de agua y el la descripción del sujeto... que a medida que pasaron los días el desconocido terminó siendo identificado por la Policía Autonómica.
Se trata de un preso que había salido de permiso hacía poco y que estaba en busca y captura por la Justicia por no volver de nuevo al centro penitenciario. Tiene un historial delictivo con una quincena de antecedentes. Aprovechó esta salida para volver a delinquir.
«No puedo expresar más que buenas palabras para los Mossos que nos ayudaron», reconoce esta vecina
Los Mossos empezaron a buscarle y el lunes 18 de noviembre a primera hora de la tarde lo divisaron caminando por la Rambla de Ponent de Tarragona, junto a su novia.
Los agentes lo interceptaron y le encontraron una de las joyas robadas, un «colgante de plata», explica Araceli. Del resto, nada se sabe. El DNI de la víctima también estaba en su poder.
Terminó detenido y acusado de un robo con violencia e intimidación. Tardó poco a volver a Mas d’Enric, la cárcel de Tarragona, donde había salido de permiso para volver a delinquir.