«Ser modelo hoy en día es ser más que una cara bonita. Ahora, tanto editoriales como agencias, además de mirar cómo desfilas, también valoran tu educación y comportamiento». Esto es lo que detalla el joven reusense Màrius Folch, de 18 años, quien ha sido recientemente seleccionado Rey Belleza para representar Catalunya y lo hará la semana del 14 de noviembre en Albacete.
Llegado el día 16 del mismo mes, el Teatro Circo de Albacete acogerá la prueba final, en la que el jurado decidirá quien es el representante de España con dicho título. Según cuenta el candidato, la semana será de lo más complicada, pues se presentarán diferentes aspirantes de zonas de todo el país y más mayores que él.
«Uno de los términos que nos dejan claro en talleres previos es que hemos de tener mucha autoestima y que vamos allí a ganar, porque valemos la pena», detalla. Y es que sobre su selección, Folch explica que su agencia de Barcelona presentó su candidatura, en la que se tenían en cuenta desde cómo era su personalidad y medidas hasta aspectos detallados de sus aficiones, gustos y manías.
«Buscan el plus de la originalidad. Ahora se esfuerzan en encontrar aquello que te hace diferente y buscar personalizar al modelo. Quieren que la gente que lo ve se acuerde de él», explica. Es evidente que es todo un negocio, pero ser modelo para el joven es un sueño que siempre lo ha enamorado. «Soy consciente de que es un mundo de lo más competitivo. Además de cuidarte físicamente y de tener en cuenta qué comer, también miden mucho el protocolo y la forma de comportarte. Algo diferente deben de haber visto en mí para elegirme», desvela.
Bajo observación
Folch comenta que durante la semana ‘de examen’, el jurado tiene en cuenta diferentes aspectos de los hábitos diarios de cada modelo durante toda una semana. Quieren conocer a cada uno, ponerles adjetivos y personalizarlos. «Ven cómo eres y actúas, no sólo por tu físico», añade. Por ello, días antes del certamen, algunos de los candidatos acuden a pequeños talleres formativos para prepararse sobre cómo irán los castings en Albacete. Y es que la comparación es inevitable. «En lo que más inciden en los talleres previos es que se tiene que pensar en positivo», relata el modelo.
Entre otras actividades, los candidatos desfilarán por la pasarela luciendo trajes, bañadores y vestidos regionales. Además del título como representante, de las redes sociales también saldrán distinciones importantes orientadas al número de ‘Me gustas’ y el nivel viralidad conseguido.
En esta misma línea, un modelo tiene que cuidar su imagen física pero también la de las redes. «Últimamente hay muchas agencias que controlan lo que publicas en Instagram, por ejemplo. Muchas veces tengo la sensación de no tener la libertad de colgar según qué fotos. Aunque soy consciente de que si me quiero dedicar a esto, he de tener presentes algunas consecuencias de ser modelo profesional», admite el reusense. ¿Y sus padres?. «Saben que es sacrificado. Mi madre tiene miedo a que me engañen y mi padrastro no quiere que deje mis estudios. Es difícil hacerlo compatible», concluye.