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Retroalimentarse, un reto para el pequeño comercio de Reus

El cierre de algunas tiendas de toda la vida ha convertido a la Calle de la Mare Molas en un simple lugar de paso hacia el centro, y se sostiene gracias a una clientela fiel

11 febrero 2023 20:17 | Actualizado a 12 febrero 2023 06:00
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Un doble carril va de la avenida Països Catalans al paseo de Prim y, pese a su extensión, tan solo tiene una encrucijada; las zonas blancas de aparcamiento pintan ambos lados y unos edificios relativamente nuevos tiñen la calle en tonos marrones y beige.

La religiosa que da nombre a la calle de la Mare Molas también cuenta con un colegio homónimo y, con ello, la zona escolar prioriza el paso de peatones, en función del horario lectivo, provocando frecuentes acumulaciones de tráfico. Sin embargo, se trata de un entorno tranquilo y bastante homogéneo que destaca por la algarabía propia del parque infantil –que llenan los niños al finalizar sus clases– y en la que sus vecinos lamentan que sigan aumentando los locales vacíos. Aunque haya comercios de todo tipo, son muchos los que se han visto obligados a cerrar en los últimos tiempos, tras muchos años levantando la persiana, que hoy ‘entristece’ la imagen de la calle.

La clientela ‘manda’

«En el fondo, es la gente la que dicta la continuidad de un comercio», argumenta Ramon Montserrat, copropietario de la tienda de lencería y moda infantil Montserrat. En su caso, recalca que se mantienen gracias a sus clientes habituales, las personas más mayores, porque los jóvenes no recurren a las tiendas tradicionales.

También destaca que la forma de comportarse de la población ha cambiado y reconoce que haya cosas que las compren en otros lugares, «pero no en productos con los que nosotros somos competitivos».

Ramon Montserrat (Propietario Tienda Montserrat): «Se preocupan más de cuidar, limpiar y potenciar otras zonas y esta calle ha quedado un poco abandonada»

En esa línea, la copropietaria de El Raconet de la Fruita, María José Satorre, afirma: «Se quiere fomentar el comercio de proximidad por razones de sostenibilidad, pero las personas somos egoístas y tiramos siempre de lo más cómodo para no perder el tiempo». Con ello, evidencia que los clientes prefieren ir a un supermercado donde comprar de todo, aunque de ese modo renuncien a la calidad. Pues «no es lo mismo que una pescadería a la que le traen el pescado directamente de la lonja o nosotros que intentamos buscar productores de la zona», advierte Satorre.

Con todo, ambos comerciantes locales descartan que trasladarse y cambiar de ubicación sea la solución. Por un lado, en la tienda Montserrat agradecen la fidelidad de su clientela de siempre y creen que, si dejasen la calle de la Mare Molas, «les costaría encontrar el lugar y perjudicaría todavía más». Después de 30 años en ese mismo sitio, no están descontentos del todo.

María José Satorres (Copropietaria El Raconet de la Fruita): «Es un lugar de paso, pero eso no quiere decir que la gente venga a comprar»

También en El Raconet de la Fruita comentan que, tras la pandemia, la gente ha continuado con esos hábitos de consumo adquiridos basándose en las prisas. «Afortunadamente, todavía mantenemos algunos clientes de fuera, que vienen de La Selva del Camp, Les Borges o Riudoms, y que ya entonces hacían pedidos en la tienda», expresan los propietarios de la frutería y verdulería.

Pérdida de la red comercial

El menor movimiento social ha provocado que comercios como la Pastisseria Confiteria Mestre Torres o la zapatería Zambrana cerrasen, y en consecuencia, la calle ha quedado un poco abandonada. «Se preocupan más de cuidar, limpiar y potenciar otras zonas de la ciudad», expone Montserrat. «Ahora es un lugar de paso hacia el centro, pero eso no quiere decir que vengan a comprar», añade María José Satorre.

De hecho, más allá de la variedad de comercios, la clientela ha perdido su interés y han desaparecido las sinergias entre comercios. «Los negocios nos retroalimentamos entre nosotros; si van cerrando, es complicado sobrevivir», apuntan en El Raconet de la Fruita, que antes se beneficiaba de tener enfrente una pastelería reconocida incluso fuera de Reus.

A su vez, cuando las tiendas están llenas, las calles son más bonitas y más seguras. Para ello, hace falta reactivar la actividad comercial y los negocios de la Mare Molas esperan que la nueva campaña Bon dia, què li convé? que acaba de iniciar la concejalía de Empresa i Ocupació incentive al público y sea efectiva para que puedan quedarse en su ubicación.

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