Reus es una ciudad con una cultura popular extensa. Desde hace décadas, pequeños y mayores salen a las calles para disfrutar con los distintos elementos de las celebraciones. Este amor por compartir la fiesta popular llevó a un grupo, primero familiar y ahora colectivo, a crear sus propios gigantes y animales. Así nació la Colla Gegantera dels Alegre, que recientemente presentó La Somera, un nuevo elemento festivo que ya ha conquistado los corazones de los reusenses.
«La Somera está al servicio de la ciudadanía. Queremos que todos los reusenses la sientan suya y que represente a la ciudad» deja claro Gloria Alegre, miembro de la junta de la Colla Gegantera. E indica que «antes de que viera la luz la gente financió parte del proyecto, fue una inversión de fe».
Alegre explica que más de 30 comercios y mecenas de la ciudad se sumaron y apadrinaron la figura. A cambio, La Somera hace acto de presencia a partir de las peticiones de la gente. «Hasta el momento hemos financiado un 60% del coste total, pero todavía hace falta cubrir una parte», comenta la miembro de la junta. Y añade que «falta pagar al escultor y algunos proveedores, así que seguiremos rodando, queremos estar dónde nos pidan».
El proceso hasta el resultado final ha sido largo y con mucha dedicación por parte de la Colla Gegantera dels Alegre, tal como recuerda Enya Abelló, que forma parte de la Colla. «Quedamos un día y miramos posibles escultores, votamos y nos decantamos por el solsonense Pau Reig. Le explicamos y concretamos cómo queríamos nuestra idea, desde el color de la ropa hasta cualquier detalle», cuenta. Además, destaca que «también fue importante la campaña de promoción y marketing, aparte de un mes previo al estreno muy intenso y exigente». A pesar de eso, Abelló valora muy positivamente la experiencia, con la creación de comisiones encargadas de la música o el baile.
Las idas y venidas hasta Solsona fueron una constante durante meses. Primero se hizo un modelo de barro, con el que se crearon unos moldes para hacer La Somera con los materiales definitivos. Ahora está en proceso de preparación, aunque a fuego lento, una exposición que recuerde todos los pasos de la elaboración, con imágenes y algunos moldes, para que la gente pueda ver cómo se crea un elemento de estas características.
También habrá anécdotas, como la que avanza otro miembro de la junta, Arnau Fernández. «El día que teníamos que bajar La Somera de Solsona caía mucho granizo», recuerda. «Lo pasamos mal. Además, íbamos con una furgoneta de alquiler y no queríamos que le pasara nada», apunta. No obstante, ahora ya consideran que está ‘bautizada’, con algunas fiestas a sus espaldas.
La Somera no cesa su actividad, con viajes a Valls, Falset, Vinyols i els Arcs o Salou. Los viajes también son un reto, ya que deben alquilar una furgoneta para ir.
Las características de este cuadrúpedo permiten que pueda ser llevado por una o dos personas. Pesa aproximadamente unos 50 kilos y su altura llega a los dos metros y medio, como su longitud. Está hecho de fibra de vidrio y tiene detalles únicos como sus ojos o su crin, confeccionados por un especialista.
